El Sainete

Muchos años sin venir por los madriles de marcha y perdidos buscando un sitio donde picotear con la family encontramos El Sainete y descubrimos en él un sitio con una decoración que crea un ambiente muy agradable para charlar... Tomar una cerveza y tapear o comer. Personal muy amable en el trato y con una sonrisa en la cara siempre que, aún sin tener reserva, se movieron para hacernos un hueco y, encima, con unas tapas y unos principales muy apetecibles y con mucho sabor. Buen tamaño en las raciones, sencilla pero buena presentación, los baos muy buenos tanto el de rabo como el chili crab y las anchoas en pan de cristal sublimes, las croquetas de jamón con una bechamel muy suave y un rebozado crujiente, la ensaladilla muy rica y buena ración, por último la pasta de setas y trufas que hizo las delicias de la más pequeña. En definitiva caímos por casualidad en este sitio y volveremos con amigos seguro. Por cierto probar el "beermouth", una cerveza fermentada con hierbas como las del vermut, graduación altita (13º), y una espuma de sifón hecha por ellos espectacular que contrarresta el amargor de la cerveza. Calidad/precio correcta.

Recomiendo el menú maridado con cerveza para una ocasión especial. Puedo decir que el tartar de salmón es el mejor que he probado hasta ahora. La crema de aguacate que llevaba y la salsa de soja casera que le echaban lo hacían muy especial. El camarero nos explicó todos los platos y cervezas con mucho detalle y resolvió todas nuestras dudas. Toda la comida y trato fue muy bueno pero nos faltó un poco más de ambiente en el local.

Solamente por la carta de cervezas ya merece la pena ir, además te ayudan a elegir (los camareros estupendos, de 10). Pero si además quieres comer y probar nuevos sabores, es el sitio ideal. Si tengo que recomendar un plato, sin dudarlo, el Chilli Crab. Eso sí, tiene que gustarte el picante. Seguro que repetiremos.

Precioso local ubicado en una de las zonas más típicas de Madrid. Espacioso, gran servicio y platos muy buenos con producto de calidad. Perfecto para amantes de la cerveza artesana por la gran variedad de su carta. Precios acordes con lo que se sirve. Como puntos menos buenos están que el menú no es muy extenso y algún plato se queda algo corto.

Acogedor, moderno, agradable, buena cerveza, se come bien y con precios asequibles. Como era la primera vez, no nos atrevimos con los menús recomendamos y nos fuimos directamente a la carta. Platos elaborados, frescos, de mercado y con sabores muy bien conjugados, te los maridan si quieres con varias cervezas recomendadas por ellos. El equipo, joven, agradable, muy atento y amable. No tienen vino ni falta que les hace, aunque para algunos pueda ser un inconveniente. Recomendable.

Sin ninguna duda, éste es uno de mis restaurantes favoritos de Madrid, un templo de la cerveza artesana y del buen comer. Con unas 150 referencias de cervezas artesanas es imposible no encontrar algo que no te guste, 22 de ellas en grifo y el resto en botella o lata. De la cocina, con Fran Vicente al mando, salen platos de grandísima calidad tanto estética como de sabor. La carta cambia a tal velocidad que, como pasa con la cerveza, es imposible aburrirse. Platos con ingredientes de temporada de la máxima calidad en un formato ideal para compartir, o no ;)