Vinoteca Moratín

Mi restaurante favorito de Madrid (y puede que del mundo). Aunque la carta varía poco tiene una razón de ser: está muy pensada, utiliza producto de temporada y es excelente. Todo está increíble. El ambiente esta pensado para disfrutar: local pequeño, tranquilo, sin prisas ni turnos. El servicio es de 10, auténticos profesionales, desde el chef hasta todos los camareros. Y la carta de vinos es larga y buena. Grandes recomendaciones y opciones de vinos (buenos) por copas, que permite maridar la comida. Recomiendo ir un par de veces al año.

Al pasar, desde la calle, llama enseguida la atención ese aire intimo; Vinos mezclados con libros en una estantería; Preciosos cuadros, dignos de cualquier moderna galería; Pequeñas mesas y una tenue iluminación invitan a una romántica velada. He ido muchas veces y no me canso. Marcos, artífice de este proyecto no te explica los platos, los vive. Te desgrana el proceso de cocina minuciosamente, de manera que ya vas paladeando el plato antes de pedirlo. Se nota que él ha estado en todos los detalles de su elaboración. La atención de todo el equipo es exquisita y su cocina también Su ya míticos Puerros confitados con salsa de romesco, las setas, el salmón marinado, sus ricos pescados, la caza cuando es tiempo, sus sabrosos guisos y sus postres.

Es un restaurante con una sala pequeña y acogedora y con una gran calidad del producto que ofrecen y no digamos de la atención al comensal. Comimos unos puerros confitados con romesco suaves y perfectos , como también estaba preparado de forma muy correcta el bacalao confitado sobre escalibada de verduras. Te ofrecen un plato de cuchara y un pescado del día. Nosotros nos inclinamos por la corvina, de diez. La tarta de queso insuperable. Solo una pega , solo admiten reservas por teléfono y hay que armarse de paciencia para contactar con el restaurante, aunque una vez lograda la reserva merece la pena la espera. Volveremos sin duda. El precio es normal para la calidad y la cercanía qué ofrecen.

Extraordinaria experiencia en este restaurante del Barrio de las Letras en Madrid, local pequeño, acogedor y bien decorado. Desde la acogida se intuye que las cosas irán bien. Carta corta a la que sumar platos del día. Explicaciones sobre la elaboración de los platos y sabios consejos. El responsable /propietario transmite la pasión por su oficio. Servicio esmerado y atento. Magnífic la carta de vinos.Tras un aperitivo gentileza de la casa, probamos los famosos puerros confitados con romesco, unas verdinas con salmonete, salmón marinado con vinagreta de encurtidos y bacalao confitado sobre escalibada de verdura y de postre coulant y crema. Todo exquisito. Excelente materia prima y cocina de nivel. Un rincón gastronómico top en Madrid. Muy recomendable

Amplia selección de vinos increíbles! La comida ni se diga, sabores muy orgánicos con productos frescos y hechos desde cero en cocina. Yo me iría por la comida de mar pero cuando es época de caza tienen alternativas muy buenas fuera de menú. Hay que reservar pues tienen pocas mesas para que el ambiente sea bastante íntimo. Atención 10/10.

Descubrimiento en pleno centro de Madrid. Local pequeño, pero muy acogedor. Lo que más me gustó, por encima de la comida es el dominio y conocimiento del producto por parte de los camareros. Con sugerencias y recomendaciones fuera de carta. Pedimos: Pollo de corral (correcto, sin sorpresas) Lasaña de carrilera (Muy rica y jugosa) Pulpo con parmentier de patata (pintaza y sabor top. Pulpo blandito) Corazón de puerros (una de sus especialidades, no defraudó) Ensalada de tomates de temporada (otra recomendación, y nos gusto mucho) Los postres no nos encantaron. Bien Valoración 8/10. Le doy las 5 estrellas por la amabilidad y profesionalidad de los camareros.

Tenia ganas de probar esta vinoteca, y fue un acierto al 100%. El trato, la amabilidad, la recomendación fueron geniales. Los platos ni que decir, las albóndigas de ciervo que es en temporada, estaban espectaculares y sus clásicos como los puerros, buenísimos. La próxima vez a ver si hay suerte y podemos coger la mesa de la biblioteca, súper chula.

Otro rincón cinco estrellas de Madrid. Marcos y su equipo os harán sentiros como en casa; su cocina es de la de verdad, productos de calidad, de mercado. Hoy nos deleitamos con sus puerros con romesco, corvina salvaje con pisto y canelón de carrillera. Para terminar con una tarta de queso majorero que quita el sentido. Todo ello regado con dos buenos vinos sugeridos por el personal en función de tu apetencia. La relación calidad precio es muy buena y el local muy coqueto y bien decorado. Volveremos seguro a degustar algún plato que se nos ha quedado pendiente.