Tony Roma's

Hoy hemos ido a este restaurante a medio día y: En primer lugar, a un señor le han dicho que no podían atenderle porque venía solo y no tenían mesa para uno solo... 🤷🏼‍♂️ muy fuerte. En segundo lugar, nosotros que somos dos nos pasan, y el local estaba LLENO y las mesas no respetaban la distancia de seguridad por todo el tema del COVID. Le hemos dicho si tenía otra mesa y nos ha dicho que no. Estaban MUY juntas, sin mamparas ni nada para separarlas... Así que nos hemos ido... Me parece que no lo están gestionando bien y no están siendo responsables con la situación actual...

¿Donde ha quedado ese Tony Roma’s de atención cercana y detallista donde servían unas costillas de las que se deshacían en la boca? Porque eso es lo que recordaba yo de todas las veces que les he visitado. La verdad que la atención fue pésima, el ambiente nulo y las costillas estaban secas. El aire acondicionado apagado por lo que hacia un calor bastante considerable, los camareros bastante despistados y la comida totalmente desastrosa. Ojalá volváis a los orígenes. ¡Os echamos de menos!

Hacía años que no volvía a un Tony Roma's y ha sido una gran experiencia. Todos los platos perfectos de tamaño, calidad y preparación en su punto. Gran rapidez en el servicio desde el aperitivo al postre. A pesar de ser sábado noche no hemos tenido que esperar cola. Sólo he notado que en época pandémica de restricciones no ha habido distancia suficiente entre las mesas.

Primera y última vez. No volveré jamás. Nos estafaron con las bebidas. Le preguntamos al camarero que si eran ilimitadas (porque lo ponía en la carta) y nos dijo: "Hoy no". Al ser un miércoles, nos pareció raro y volvimos a preguntarle. Nos dijo que eran órdenes del jefe y que nos tenían que cobrar todas las bebidas a pesar de lo que ponía en la carta. Vamos... una ESTAFA.

Experiencia para no repetir. Desde el primer momento, la cara del hombre que nos abrió la puerta, no es que fuera la más amable. Nos abrió las puertas forzándolas con las manos porque estaban rotas. Para comer, tuvimos que hacerlo unos cuantos con el abrigo puesto del frío que hacía. La separación de las mesas era inexistente, en muchas no llegaba ni al medio metro. Pedimos rellenar la bebida y la respuesta de una camarera fue que ella no llevaba la bebida y se lo dijéramos a otro compañero. Saltaba a la vista la falta de organización y empatía por parte de los empleados.