La tienda de toda la vida, pequeña pero adaptada a la vida actual sin perder la esencia del pasado, donde te sirven de comer y beber. Ubicada en una zona peatonal. Carta recortada pero con tapas caseras, muy bien elaboradas, muy rica la comida. Espectacular el cerdo frito. Raciones abundantes. Pedimos carne machada, cerdo frito, quesos, 3 coca colas, una trucha de cabello de ángel, y un cortado leche y leche por 22,90 €. Muy buena relación calidad precio. Tienen un pequeño aseo de cortesia. Pocas mesas en la terraza lo cual es una ventaja. Trato cercano, personalizado y familiar. Si no tienen algo, te lo recomiendan en otro sitio. Dña Juana es la que cocina, una persona muy activa y vital. Aparcamiento cercano en la calle.
Es la típica tiendita de aceite y vinagre en la que puedes pedir para comer cositas varias. La comida buenísima en un entorno natural espectacular y super tranquilo. La señora que nos atendió es un amor. Nos pedimos dos cervezas, 1 botella de agua, papas arrugadas, carne de cochino ,pan ,mojo y alioli. Y no llegó a 16 €. La comida en platos contundentes. Sin duda para repetir
Comida casera y buenísima. Fuimos a picar algo para seguir de ruta pero la ruta se quedó en nada por la comida, que rica. Pedimos albóndigas (como las de tu abuela) buenísimas y repetimos, carne cerdo y papas fritas, huevos y chistorras. No esperes lujos ni un servicio camareros, esto es un lugar de toda la vida, un negocio familiar antiguo con un encanto especial. Si te gusta co. Er cómo lo hacías de pequeño, este es tu lugar.
Recomendable, Tapas caseras, caseras!!
El mojo, las croquetas una delicia, la chistorra con huevos fritos espectaculares y papas fritas hechas a modo casero y la carne de cerdo muy recomendable todo, 100 por 100. No subo fotos, porque ya están los platos vacíos jajaja!! Bueno sí, la pongo!!
Establecimiento entrañable. De los que en Canarias denominan "aquellas tiendas de aceite y vinagre". La señora Juana te atiende con mucho agrado y te pone en tu sitio y con sumo cariño te dice "tranquilo, tranquilo .." cuando te nota más acelerado de lo necesario, ya que lo único que necesitas en ese momento es la pausa para tomarte ese cortado y ese dulce de Moya que amablemente te ha servido. Muchas gracias señora Juana.
Siempre excelente.
Casi siempre lleno, pero tratan con calma, educación... Apetece estar allí.
Comida casera exquisita.
Juana, un icono
Atención y calidad muy buena
Muy bueno como siempre. El estofado es lo único que a mí no me gusta mucho. Al haber poco personal tienes que esperar a veces bastante pero siempre el camarero lo hace con una sonrisa y merece la pena.
Antiguo bar de Moya, de los más veteranos y sigue siendo gestionado por la dueña, Juana. Buen trato y buena comida. Decoración especial que no ha cambiado en muchos años y que se asemejan a las clásicas tiendas de aceite y vinagre que habían en la isla.
Paramos en éste lugar porque nos pareció acogedor y tenía pinta de que se comía bien. Pues no nos equivocamos, las albóndigas una delicia y super tiernas y los huevos con chorizo,todo casero y hecho con amor. Volveremos
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