Restaurante La Mestiza

Comida: la carta no es muy extensa, pero es suficiente. Ofrece entrantes a un precio razonable, platos frios tipo ensaladas y calientes para compartir o tomar individualmente como plato fuerte. La calidad y la presentación es buena, aunque los tamaños son pequeños, o los precios algo elevados. Local: muy bien decorado. Buena ambientación, a pie de playa. Con varias terrazas donde ver el atardecer y tomar copas, o un café. Con música dj durante la tarde. Ademas de las terrazas, tiene un restaurante que queda “cerrado” por lonas, pero no se siente el frio. Servicio: excelente. Muy serviciales y profesionales. Explican los platos de comida, y atienden con simpatía.

A pesar del mal tiempo que nos ha pillado… decidimos parar y probar los platos de la mestiza y he de decir que con cada bocado se me ha ido olvidando el mal tiempo y me ha hecho viajar a través de los sabores más puros y potentes. El servicio? Un auténtico 10, intentando que estemos a gusto a pesar de que el tiempo no acompañara nos hizo sentir como en casa. Volveremos sin duda

Merece la pena pasarse a conocer este sitio aunque sea solo por el lugar en que se encuentra, con una vista inigualables del Mar menor y su puesta de sol. Mejor reserva con antelación porque se pone hasta arriba. Es perfecto para tomarse unas cervezas, aunque la cena no fue la mejor del mundo. Es cierto que tienen algunas recetas curiosas, distintas, con fusión y emplatados especiales, pero muchos de los platos me dejaron un poco a medias (el sobao de sepia estaba seco, el entrecot igual...) y creo que se podrían ejecutar mejor. Además el servicio fue un poco despropósito, tardando muchísimo en atender la comanda y en traer principalmente las bebidas. Estaban desbordados y poco coordinados. En cualquier caso por el precio por cabeza que pagamos está bien y es recomendable.

La ubicación y el entorno son perfectas, comes con vistas al mar. El servicio atento, ágil y cercano Se agradecen las recomendaciones por parte del personal. El tataki de bonito de almadraba es una locura, croquetas y empanadillas muy buenas, lubina a la brasa a la espalda para hacerle un monumento, Al que diga que es caro que se vaya a comer otro tipo de productos, la calidad precio del producto es adecuada

Ciertamente es un lugar privilegiado, pasamos el día en la pequeña playita a la que da la zona de atrás, tienen una ducha que nos vino genial, la comida nos gustó mucho excepto la paella donde teníamos grandes expectativas, el servicio fue bastante agradable, y por supuesto la zona para ver el atardecer fue increíble, los precios un poco altos, supongo que por el sitio. Le daremos una segunda oportunidad 🤗