Restaurante con comida de alta calidad.
Elegimos el menú degustación sorpresa.
Son 3 entrantes, 2 segundos y 2 postres.
Todo tenía bastante potencia de sabor, y tomamos vino blanco que nos recomendaron que quedaba muy bien con los platos, tanto pescado como carnes.
Los camareros muy amables y nos daban tiempo entre plato y plato porque eran en total 6 platos, ya que el postre vino junto.
Lo super recomiendo
Berta Torregrosa Parra
+5
Un gran descubrimiento de restaurante en l’Escala. Platos elaborados en una carta corta pero muy variada. Nos recomendaron un primero, un segundo y postre por persona para comer al mediodía y quedarnos bien. Todo un acierto. Recomiendo el pulpo, exquisito.
Aunque en mi caso reservé para el mediodía (un martes en agosto), el local estaba a medio aforo, por lo que imagino que depende del día será necesario o no.
Espero volver pronto para probar otros platos de la carta.
¡Exquisito! Fuimos al restaurante por recomendación de unos amigos y superó con creces todas las expectativas. Ideal para ir con amigos y probarlo absolutamente todo. Los entrantes se merecen una oda. Un homenaje 🫶🏻
Genial, que bien comimos hoy, felicidades al cocinero y al servicio. Las fotos lo dice casi todo yo digo lo que falta buenísimo todo.
Restaurant tranquilo muy agradable el trato . Lo que pedos estaba muy bién cocinado aunque la cantidad estaba demasiado ajustada.
Menú degustación sorpresa espectacular, el pan muy bien elaborado y el servicio muy correcto. Un restaurante con una historia familiar entrañable. L 'Escala es un lugar para perderse y disfrutar y Korpilombolo es donde dejarse llevar por el paladar es una experiencia para los sentidos.
Atención muy buena, amables y serviciales, la comida riquísima, platos muy elaborados, muy buena presentación y sabor exquisito.
Espectacular. Todos sus platos tienen una alta elaboración y están deliciosos. Muy recomendable.
En l’Escala hay un par de restaurantes que no te puedes perder… y Korpilombolo es uno de ellos: ambiente acogedor y comida espectacular. Platos que sorprenden con combinaciones de ingredientes muy estudiadas. Buen equilibrio entre texturas y sabores, y una carta de vinos a la altura.
La comida excelente, nuevos sabores para el paladar. Las sardinas marinadas con caviar de raim (uva) para subir al cielo y no bajar; buenísima la ensalada de butifarra de perol con manzana, así como la sopa fria de tomate con anchoas y helado de mascaroone y aceite de albahaca. De segundos, también excelentes el lomo de atún y el rape a baja temperatura con salsa de setas. De vino, carta extensa y variada, pero precios a partir de 20 euros si no recuerdo mal, tomamos dos copas de blanco, el coche esperaba. Postres en la misma línea que los platos precedentes. El servicio es atento, pero creo que se desborda si está lleno o coinciden varios grupos. No es para ir todos los días pero seguro que vuelvo.
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