Cuevas Alkadima

Estábamos de paso y nos sorprendió. Muy acogedor, fantástico comer en una cueva. Buen trato y servicio y comida formidable.

Un sitio muy encantador. Por las noches es precioso. La comida está muy buena y la atención es muy buena. Lo único malo, es que el personal va un poco perdido con los pedidos y la cocina un tanto lenta. Pero no es algo que influya demasiado ya que no es una exageración lo que hay que esperar. El te y los postres de lo mejorcito. Repetiremos seguro. Un placer.

Un lugar muy especial, aconsejo ir, la comida estupenda y el servicio excelente. Les felicito por el buen gusto del lugar

Lugar muy agradable interior y exterior. Hemos ido múltiples veces y siempre esta delicioso y muy bien de precio. Las croquetas de cordero son únicas y muy cremosas, riquísimas . Recomendaría toda la carta 😂

Un trato muy familiar, un dueño muy atento y los panes los elabora él , pues era panadero, buenos precios y buenos platos , el local son unas cuevas y dentro de ellas se encuentra el restaurante

Raúl - alma mater de este negocio desde hace ya casi 20 años y al timón de la cocina - y Ana - su pareja quien lleva las riendas del servicio en sala - son un tándem perfecto a la hora de organizar y ofrecer un servicio tradicional como trampolín de lanzamiento hacia un universo gastronómico con identidad propia, fruto de la estrecha colaboración de esta pareja, que ha convertido su dedicación familiar en un desafío constante comprometido con la innovación en sus propuestas y la calidad de las materias primas que la componen. En esta ocasión, con motivo de una celebración onomástica, - San Agustín - el pasado domingo, casi 10 comensales pudimos disfrutar de un menú degustación, en el que se nos presentaron mas de 5 platos, partiendo de materias primas de proximidad que ya de por si tienen un valor añadido - trucha, cordero segureño, hortalizas y verduras de agricultura ecológica ... - cuyas combinaciones dieron lugar a elaboraciones que beben de las fuentes de la nueva cocina y que resultaron, tremendamente atractivas para la vista y exquisitas para el paladar. De tal forma que todos los que pudimos disfrutar del esfuerzo realizado por esta casa para agasajarnos, culinariamente hablando, quedamos muy satisfechos por la experiencia, sensación mucho mas acentuada ya que utilizamos una de las salas interiores de este restaurante cueva que además de ser una ubicación pintoresca para este tipo de evento, supone, en estas fechas, un refugio climático sostenible de primer orden. Por tanto, no puedo hacer otra cosa, que recomendar este establecimiento a sabiendas como sé que tras el cierre temporal que se anuncia para este próximo 12 de septiembre, a su regreso esta casa y su sello, seguro, se consolidaran como referencias muy señaladas del panorama de la restauración en el altiplano del noroeste de la provincia de Granada.