Sitio perfecto en la sierra para tomarse una buena carne a la piedra y disfrutar de una buena comilona con amigos. Las mollejas y el tomate un espectáculo, y las cantidades y calidades de la carne al corte no decepcionan. Las croquetas algo insípidas. En la terraza se tiene que estar genial pero era un día muy caluroso (aunque en el interior se pasaron con el A/C). Volveremos.
Triximanolo DRÖSSLER-SANCHEZ
+5
Sólo le pongo un pero pues no tiene accesibilidad y para acudir al baño o subes más de doce escalones o tienes que recorrer por el exterior más de 100 m. En verano con buen tiempo ¡vale! pero en un día de lluvia no es recomendable sí te manejas con muletas o silla de ruedas porque además no está asfaltado y es un añadido a tener en cuenta. La comida muy buena y lo que pagamos estuvo casi llegando al tope de caro.
Excelente lugar para comer. El menú que ofrece es excepcional. Cochinillo crujiente o Lomo Alto pasando por pescado o entrante de pulpo son una delicia para el paladar. Mención especial al personal que atiende muy bien al público.
Excelente, dificil poner una objeción a algo. Las almejas sabrosas y tiernas; las anchoas perfectas de sabor y sal;las cocochas de merluza al pil pil, hacía tiempo que no las tomaba tan bien hechas y el carpaccio de solomillo con mucho sabor.
El servicio genial, la camarera que nos atendió simpática, proactiva, muy amable.
El lugar merece la pena, hay que ir aunque sea a tomar un vino.
Lugar para volver con frecuencia.
Un restaurante increíble para disfrutar de una comida familiar. Gran variedad en la carta, comida tradicional elaborada con cariño. El servicio muy atento, reservamos con niños y tenían listas las tronas.
Las croquetas espectaculares!!!
Le pongo 4 estrellas, porque tiene alguna cosa mejorable y para poner 5 me tiene que gustar todo.
La comida está buena, la carne muy buena, en su punto. El cochinillo mejorable pero no está mal. Lo demás a buen nivel y rico.
Relación calidad precio, algo caro, ya que si bien en sí los platos principales no son caros, con los entrantes, y el plan y el postre, te terminan clavando y no lo valen. Un trozo de pan no vale 2 euros y el postre no vale 7, pero bueno, es lo que hay (60€ por persona y con refrescos).
Otro aspecto a mejorar, los olores, difícil de controlar si no hay buena extracción de humos, al final acabas como salido de una barbacoa. Por eso mis 4*.
Ubicado en un antigüo molino perfectamente restaurado, manteniendo la madera y piedras originales que hacen que sea confortable y agrable. Diversas zonas y una terraza perfecta para las cenas.
Tomamos un jamón ibérico de Guijuelo, servido a temperatura ambiente, exquisito.
Un salteado de setas con queso suizo gratinado. Muy suave y equilibrado.
Croquetas de carabineros con salsa (servida aparte) de cigalas. Sabor intenso y melosas. Ricas.
Por último, un entrecot de carne madurada 60 días. Rico, aunque le faltaba un poco de intensidad.
En general tienen una carta muy amplia y variada.
Sitio para tener en cartera y repetir.
Relación calidad-precio correcta.
Un restaurante con muchísimo encanto. El trato es magnífico, la comida es exquisita y a un precio adecuado al no producto.
Pedimos un entrante a compartir y un principal cada uno, suficiente para acabar bien lleno.
Volveremos
A pesar de qué tardaron un poco en atendernos, el lugar merece la pena!! Está situado en un lugar privilegiado, la comida es fantástica y el servicio impecable. Nos atendió Pedro, un gran profesional!! Enhorabuena!!
La atencion es excelente y cercana. La comida tiene buena presentacion, con una relacion calidad precio alta. Un sitio al que realmente se puede volver
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