Las 4 Estacions

Es un acierto. Hay que tener mucha suerte para terminar en un sitio tan malo. Cocinar no cocinan, para mí que lo tienen congelados y lo calientan en el microondas. Se nota que las salsas son de sobre. Es un engaña turistas. Menú de 14'00€ que no vale ni 4. Encima los empleados se ríen de los clientes, en cuanto el grupo de al lado se fue (descontentos) se dedicaron a criticarlos. No volvería nunca. Pan de 30 cent. Del supermercado. El cóctel de gambas... Las gambas podrían estar vivas del agua que había en el cuenco. Patatas congeladas con aceite muy muy usado. Solo espero no ponerme enfermo.

Muy mala comida, la paella lo único que se salva porque son de esas preparadas finalizadas en el horno. Nuestro error fue sentarnos fiandonos de la chica que capta los clientes... Primer error. Solo quieren que comas rápido la pésima comida que sirven, pagues y te vayas. El menú supuestamente no incluye bebida solo botella de agua que no te avisan en ningún momento (lo bueno es que alfinal de la comida después de pagar y saber que no éramos güiris... Nos dieron las botellas de agua que incluía el menú) Por 2 CocaColas de lata (5€) y por dos cañas mal tiradas (5€) en total. 10€ solo de bebida. Muy abusivo. Para colmo a mi pareja, sufre una indigestión debido a esta comida toda la noche vómitos, dolor de cabeza, etc. No volvió a comer nada más desde la comida. (Creemos que solo fue el gazpacho y la butifarra, que estaba mal estado). PORFAVOR NO ENTREN FIENSEN DE LA NOTA DE GOOGLE 2.1... YO SI LO HUBIESE VISTO NO HUBIERA ENTRADO.

El servicio por parte de los camareros fue muy bueno. Pero, lo q se refiere a la propietaria, un personaje peculiar, le faltan muchos dotes de cómo tratar al público y a su personal. Fuimos a cenar unas tapas, y como había mucha gente esa noche porque era viernes santo, aun estábamos cenando y ya le "ordenó" al camarero q nos trajera la cuenta. Si ademas queréis sentiros controlados por el "guardián de la puerta", éste es vuestro lugar.

El peor restaurante donde he comido. La atención al cliente pésima, si se preguntaba algo a los camareros empezaban a contestar y antes de terminar la frase se iban corriendo a otra mesa. Además no sabían dar recomendaciones sobre alérgenos. La paella estaba tan echa y calentada tantas veces a la microonda que parecía pure. Pésimo.

Le pongo una estrella porque se debe poner mínimo una... Muy mala experiencia, había una señora de cierta edad que parecía que cortaba el bacalao en el lugar con muy malos modales: 1. Nos negó algo de picar mientras esperábamos los platos habiéndonos avisado que tardarían en salir (menos mal que otro de los camareros nos dijo que nos traía unas chips sin problemas). 2. Nos negó cafés (el chico encargado de hacerlos estaba fregando platos). 3. Nos echó de mala gana diciendo lo de los cafés y que había gente esperando, metiendonos la cuenta casi en la cara. 4. Entré para ir al servicio y después de meterme un empujón (la famosa señora con malos modales) no dejándome paso entre mesas, me sorprendí viendo que estaban haciendo cafés... Mis 18 euros de menú peor invertidos.

Estoy sentada ahora mismo.... pesimo... hemos pedido unos calamares a la romana... congelados y ultra freidoa, unos “choricitos” que pone en la carta y nos han traido salchicas.... al reclamar nos insisten en que son choricitos.... insistimos en que no y nos dicen que son butifarras pequeñas..... pedimos paella.... paella prefabricada, sin sabor... sabeis que la parlla lleva salchichas y morcilla?? Pues yo tampoco lo sabia.... lo unico que se salva es el cafe..... pesimo no vuelvo

No se lo recomiendo a nadie, personal muy poco profesional y trato poco agradable. Servicio caótico, lento y desorganizado. La que parecia la jefa quería cobrarnos antes de terminar los postres. La comida dejaba mucho que desear, y mas por el precio del menú (18€). Antes de sentarnos nos preguntaron 3 camareros diferentes si queríamos comer. Nos sirvieron una paella para 2 y solo comía uno... Luego se dieron cuenta y se la retiraron cuando ya habia empezado. No volveré.

Trato fatal a los clientes, lentos y una prioridad única a los extranjeros. Con unos amigos nos quisimos sentar en una terraza, y mientras pedíamos el camarero se fue rápidamente a atender a un grupo de turistas que llegaban en ése momento, dejándonos con la palabra en la boca. Por no mencionar que los trabajadores beben durante su horario de trabajo y están con el móvil mientras sirven las mesas... Terrible, de verdad.