Alberto

Hemos parado a comer en el restaurante Alberto por recomendación de un amigo, la verdad hemos comido muy bien y la persona que parece el dueño es una persona encantadora y que está pendiente de todas las mesas. Nos quedamos con ganas de pedir una paella porque la vimos salir para otra mesa , iremos la próxima vez para aprobarla.

Vinimos el día festivo de fuengirola y el restaurante estaba abarrotado. Nos sentaron muy rápido, sin embargo teníamos que constantemente parar a los camareros para que nos atendieran y aunque todos fueron muy agradables hubo un señor joven bastante prepotente y maleducado. La comida genial y la sirvieron muy rápido se nota que con los años han ido mejorando.

Hemos comido hoy aquí. El tiempo hoy ha salido malo así que hemos optado por comer dentro y el ambiente es muy agradable . La carta viene con todos los precios y os dejamos el ticket para que veáis que los precios son buenos teniendo en cuenta que estás comiendo a pie de playa. Cuidado con la bebida que ahí es donde viene el susto. Pero insisto, todo está en la carta. El servicio es bueno en general (menos el camarero al que le pides una coca cola dos veces y parece que te está haciendo un favor). El que parece el dueño es un encanto y en general el servicio es agradable Aceptan reservas, por lo que entiendo que en época alta es buena idea reservar. De la comida que hemos pedido: los espetos espectaculares, el adobo del pescado de la fritura de diez, los calamares perfectos, la hamburguesa viene con los condimentos a parte para preparartela. Nos hemos quedado por saber si el pescado en adobo es cazón porque no lo hemos pedido, pero no especifica que sea ese. Probablemente volveremos y haremos la prueba

La primera vez que estuve alli fue en 2007. La última había sido hace unos 10 años. Después de tantos años sin veranear por la zona, volví porque conocía el sitio y no defraudó. Un buen espeto de sardinas, como siempre. El personal que me atendió el primer día lo reconocí al volver tantos años después. Un sitio al que ir cada vez que vayas a Fuengirola.

La familia Santos,una histórica y clásica de las playas Fuengiroleñas y su gastronomía,llevan en este lugar desde 1.988,ofreciendo su pescado,sus espetos de sardinas y su simpatía y excelente servicio.Anteriormente lo venían haciendo en un chiringuito de cañas y madera,con el suelo de arena playera junto al castillo de Sohail que se llamaba Los Molinos. Hosteleros de toda la vida,de la mano de Alberto,y sus hijos Mari,Carlos, Alberto Jr y Mónica,y un excelente equipo donde destacan Rosa,pocho y todo un staff profesional,ofrecen verdad y transparencia en sus platos,no venden humo,tienen un producto acorde a su precio,con buenas paellas y frituras. Y sobre todo cordialidad, simpatía y familiaridad en el trato,tienen clientes leales de siempre que repiten. Prueba el pulpo y el calamar espetado.