Bistro Michel

Atención por parte del personal excelente, encantadores y comida deliciosa y con muchos detalles que hacen del lugar un sitio especial, menú del día con gran variedad de platos y de opciones relación Calidad/Precio super buena. Nos encanto la visita a este restaurante, su ambiente y su tipo de gastronomía.

En esencia, un restaurante familiar e íntimo con una muy cuidada selección de especialidades. Un Bistro un poco escondido, pero eso a la vez es parte de su encanto. La brocheta Satay es espectacular y las croquetas de merluza son un entrante obligatorio. Si puedes, reserva la mesa junto a la ventana del fondo, entra una luz maravillosa para comer que a mí parecer es el mejor maridaje para una comida así.

El trato es muy cercano y amable. Un servicio excelente por parte del cocinero, la jefa de sala y camareros/as. Comí un gazpacho, costillas BBQ y sopa de fresa con helado de postre. La comida es increíble por el precio del menú (poco menos de 16 €). Es, realmente, un precio muy barato para la gran calidad que tienen. Cabe destacar que no he probado mejores costillas en mi vida. La carne es tan tierna que se despega por completo del hueso, sin esfuerzo alguno. La salsa y preparación es sublime. La presentación de los platos es de lujo. Lo mejor es reservar mesa con antelación, pues, según me han comentado, el local puede estar lleno durante horas. De verdad, no hice fotos de los platos porque, con solo verlos, me olvidé de todo lo demás.

Un restaurante diferente, por fin! Ambiente acogedor y entrañable; servicio muy atento, detallista y correcto; Una carta sin pretensiones y unos precios más que asumibles; Excelente en calidad, los platos hablan por sí mismos. El chef demuestra su valía: recetas tradicionales hechas con corazón. Primera y única experiencia en Bistro Michelle:10