Es sin duda, una experiencia culinaria inolvidable para quienes tienen la mente abierta y están dispuestos a explorar nuevos sabores y texturas. Cada plato es una sorpresa, una obra de arte en el plato, que desafía tus sentidos y tu paladar de maneras inimaginables. El chef y su equipo son maestros en la innovación gastronómica, y el servicio es atento y acogedor. Si estás dispuesto a invertir en una experiencia culinaria única, el lugar perfecto para dejarse llevar por una aventura gastronómica emocionante y única.
JOSE ANDRES SAN BENITO MIR
+5
Mugaritz es una experiencia gastronómica única. Sólo por su valentía a la hora de presentarnos algo tan distinto merece el máximo respeto por parte de la crítica cualificada algo que no es de agrado para todos los públicos y es que Mugaritz es especial, no es para todos. Si quieres lo mismo de siempre, este no es tu sitio. Empiezas tomando un aperitivo en la hermosa terraza y después pasas a disfrutar del resto de los pases dentro, en un espacio cálido y acogedor.
En Mugaritz no hay cubiertos ni pan, se busca sorprender a los comensales con distintos bocados que mayormente se comen con las manos. Tampoco hay un orden predeterminado a la hora de sacar los pases dentro de una estructura de entrantes principales y postres. Esto NO existe en Mugaritz.
El trabajo con las fermentaciones y la ligereza de sus productos bien elaborados le otorgan una distinción dentro de la alta gastronomía. No esperes sabores muy fuertes ni camuflados con múltiples salsas espesas y cargadas, a mi juicio un alivio ya que la alta cocina está pecando en exceso del camuflaje en sus prosuctos relegando a un segundo plano la calidad del producto.
No es un restaurante de comida fusión.
Mugaritz es una oda a la imaginación, al producto, a la sutileza...
Gracias por todo.
Fernando S. de Sopranis
+4
Lugar excepcional, elegante y agradable con un servicio excelente. Cocina de alto nivel técnico y nivel máximo de innovación que, sin embargo, adolece de ese mismo nivel en el sabor. Solo sirve un menú degustación con tremendos altibajos que, a este nivel, le alejan de la excelencia.
El restaurante está en una zona rural, tranquila. Muy buen trato. Del menú, es fácil de entender la diversidad de opiniones en las redes, al haber mucha experimentación que, en alguna ocasión, no funciona del todo bien, especialmente el último pase, o el de sepia. Que uno no sabe si había intención. A la vez, la mayoría de los platos estaban deliciosos, por lo que el balance de la experiencia sigue siendo muy positivo.
Es una de esas experiencias gastronómicas que, si te gusta la gastronomía, no puedes perderte, al menos una vez en la vida. Desde el inicio de la experiencia es una fantasía que no deja de sorprenderte hasta el final. Cada plato es en si una obra de arte en la que quedarte a mirar, oler, palpar y sobre todo, saborear. No Quiero descubrirle a nadie nada en concreto de la experiencia, como se suele decir, mejor venir y probar.
Esto no es ir a comer, es otra cosa. Toda una experiencia que hay que vivir al menos una vez en la vida. Cocina como nunca te la pudiste imaginar. Sabores intensos, originalidad, técnica. La atención...exquisita. De los 22 platos, algunos no me gustaron pero otros fueron de lo mejor que he probado nunca. Te lo explican todo con tal lujo de detalles que parece que estás en una especie de museo culinario. Hay mucho trabajo y perfección detrás de lo que te ponen en la mesa. Tuvimos la suerte de que fuera el propio Andoni el que nos lo explicara. Inolvidable
Dentro de los restaurantes de este nivel, Mugaritz es de los que se arriesga más y de los que ofrece una propuesta diferenciada. Platos que no comerías por cuenta propia (esa casquería) y formas imaginativas de comer sin usar cubiertos. Me gusta la propuesta, quizá la calidad no sea como la de un Akelarre por ejemplo, pero es algo más irreverente y desordenado (en el buen sentido). La selección de vinos incluida en el maridaje es la mejor que he probado en este país.
Restaurante Mugaritz, 2 estrellas michelin en Guipúzcoa, menú degustación basado en las primeras veces(230€). Al inicio te dan una pequeña libreta para entender el significado de los platos y para que incluyas anotaciones (que podrás dejar o no como feedback para el restaurante). Nosotros elegimos de las opciones de maridaje el Latzana (160€) hay opción con maridaje no alcoholico basado en kombucha y otro tipo de bebidas y una de vinos exclusivos (300€). La experiencia ha sido muy buena, no es el típico menú degustación que vas a encontrar en la mayoría de los estrella michelin que dan la sensación que están cortados por el mismo patrón, tampoco sentirás que estás con sabores muy intensos sino que encontraras multitud de matices, también es muy atrevido porque es capaz de hacerte una croqueta de bacalao o servirse unos sesos, toca platos clásicos con una merluza que como dijo Andoni, no puede faltar en cualquier mesa navideña, y por supuesto el lugar y la sala en donde te darán una grata bienvenida y te harán sentir entre amigos, especial mención a los sumiller que nos daban sus opiniones/explicaciones y nos trajeron fuera de carta un sake para demostrar que hay auténticas maravillas (difíciles de encontrar en España). En definitiva una maravillosa experiencia en donde no solo la comida es un elemento importante sino toda la performance que ocurre durante todo el menú. Todo esto con aperitivo cafes y copa salimos a 430€ persona. #michelinguide #guiamichelin #dosestrellas #dosestrellasmichelin #twomichelinstars #guipuzcoa #guipuzkoa #restaurant #restaurante #restaurantes #restaurants #foodie #foodies #paisvasco #basquecountry #restauranterecomendado
Segunda visita. Cada vez más sorprendente y admirable. Muchas horas, muchas manos, muchas cabezas atrás de cada bocado.
Soy consciente de que le estoy otorgando 4 de 5 estrellas a uno de los mejores restaurantes del mundo según la prestigiosa marca "The World’s 50 Best Restaurants". No obstante, voy a intentar exponer mi punto de vista.
Había recibido opiniones de primera mano, que me decían lo maravillosa que era la cocina de Aduriz tras haber probado un menú degustación en el año 2009. Incluso pude ver la carta que tenía entonces. Entiendo que cuando la gastronomía se sitúa a unos niveles de innovación que se me escapan completamente, los años transcurren muy rápido y las cartas cambian a mayor velocidad de la que un "comidista" medio como yo podría valorar. Cuando me encontré un menú degustación de más de 20 platos, muchos de ellos me parecieron "experimentos", sentí que me estaba perdiendo la parte más "auténtica" que en su día pudo dar origen a lo que hoy es Mugaritz. Lamentablemente, solo disfruté mucho en tres o cuatro de los platos degustados; y, claro, eso te produce cierta decepción cuando vas a un restaurante con este reconocimiento.
Sobra decir que tanto el servicio como el local, entorno y ambiente están completamente a la altura de lo que uno espera.
Por eso, y ya termino, le prestaré un seguimiento de cerca a la oferta de Mugaritz en los próximos años pues me gustaría ir y probar un menú más contundente, con menos platos y con más contacto con las raíces. ¡Ojalá se pudiera ir "a la carta! Me encantaría sacarme el mal sabor de boca que me quedó con mi visita.
Visitado en julio de 2016.
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