La Bodega Del Mar

Un sitio genial para comer. Cabe destacar que el trato por parte de Eduardo fue maravilloso en todo momento, nos aconsejo genial. El pulpo estava muy blando y sabroso, lo recomiendo. Las zamburiñas muy buenas. El calamar frito genial. Y para rematar nos aconsejo muy bien de una buena torrija. Para mi gusto le faltaba una bola de helado para el contraste del caliente postre y helado frio. Genial para repetir en Denia!! El local de 10.

He cenado dos noches, la primera para conocerlo, con una buena carta y un trato exquisito, tartar de atún, zamburiñas y lomo de bacalao. La segunda me senté al lado, "fuego" según vi la carta y trato inicial me levanté y me vine a este sitio, buenos vinos a muy buen precio optamos por unos entrantes y dos platos de carne muy muy ricos, el punto de la carne a la perfección y el trato con el personal inmejorable, se merecen un 10, nos atendió Eduardo, un gusto su educación y su trabajo. El local climatizado en el interior y muy acogedor. Para repetir.

La carta de tapas es espectacular,para todos los gustos.Buen trato y un buen equipo.Llevo años yendo y por supuesto seguiré visitando la bodega siempre que vuelva a Dénia.Os lo recomiendo, tanto por la comida como por el precio.Que no os engañen,que por comer bien no hay que pagar un pastizal,visitar La Bodega del Puerto

Un restaurante estupendo y acogedor para comer o cenar en el casco antiguo de Denia. Llegamos a él por casualidad y parece ser que era una antigua bodega y que mantiene una buena carta de vinos. Suelen tener menú a muy buen precio y donde elegir, con buenos productos y una mejor presentación. Antonio el dueño te aconseja con un trato fabuloso. Karen la cocina nos preparó una fideuá de foie boletus y confit de pato espectacular y la torrija impresionante. Es un lugar que recomiendo.

Un restaurante de comida típica valenciana en la segunda línea de puerto. Vinimos a comer un menú por unos 18 euros un jueves. De primero un "escombro" local bastante sabroso y una ensalada corriente con poca gracia, para compartir.. El plato principal era un arroz con pato deshilachado y setas, muy muy bueno y sabroso. De postre una torrija y un sorbete de limón, ambos bastante aceptables sin llegar a ser espectaculares. El ambiente estaba un poco frío sin absoluto ser desagradable. Se podría repetir con esta relación calidad precio.

Anteriormente era una bodega, llevada por Antonio Crisostomo, buen amigo, cuyo negocio de vinos ha derivado en un magnífico restaurante, con amplia y variada carta, manteniendo una más que rica bodega, y con bastantes cervezas que hacen exquisito maridaje con las espléndidas delicias ofertadas en una sencilla carta. Cuenta con menú del día. El servicio, muy profesional y amable. Un restaurante para volver.