La sastrería es un restaurante con un encanto especial, una decoración cuidada y original y una carta exquisita. Cualquiera de sus platos merece ser disfrutado lentamente y con cariño; la fusión de la cocina tradicional con elementos modernos y vanguardistas pero sin estridencias es una nota característica del local. La mezcla de sabores me ha sorprendido gratamente y desde luego pienso repetir.
La relación calidad-precio es también un punto a tener en cuenta ya que la calidad de los ingredientes es indiscutible. Enhorabuena.
Materias primas de primera calidad y unos platos exquisitos. Enhorabuena.
Llevo años pasando por la puerta de este local y queriendo visitarles para comer allí. Hoy he tenido el gran placer de por fin disfrutar de su comida y solo puedo decir una palabra: INSUPERABLE.
Dejamos que nos aconsejaran en que pedir y decidimos que nos sorprendieran trayéndonos lo que ellos consideraran y disfrutamos con cada plato que iba viniendo.
Sin más decirles a Marisa y su marido que muchísimas gracias por esta tan maravillosa comida.
Sin duda volveré
Lugar agradable en el interior y terraza al lado de una escultura muy bonita de Córdoba. El personal muy amable y pendiente de todo. El precio es algo elevado a la media por tipo de restaurante.
Las croquetas muy ricas y cremosas, nos sorprendieron bastante. El bao sin más, la salsa tapaba todos los demás sabores. En cuanto a la carrillada espectacular, para mojar y mojar sopas. La tarta de queso era muy normalita, no sorprende.
Me ha encantado el sitio. La comida es genial y la atención al cliente es maravillosa. Se nota que a todos los platos les ponen cariño. La terminación de los platos es espectacular. En resumen, recomiendo mucho este sitio y sin duda repetiré.
Un lugar donde disfrutar de una buena cena. Las raciones son pequeñas pero con la cantidad justa para poder probar más platos, ya q merecen la pena todos. La cocina está a la vista del público, pero no deja pasar los olores a la parte del comedor, que tiene pocas mesas creando un ambiente tranquilo, para disfrutar del menú. Platos tradicionales con toques personales que los convierten en cocina de autora. Pedimos una ensaladilla, croquetas de puchero, patatas bravas, taco y bacalo con pisto. Todos nos sorprendieron y nos dejaron con las ganas de seguir probando el resto de platos. Productos de calidad y cocina muy elaborada. Totalmente recomendable.
En pleno centro de Córdoba y enfrente de los antiguos cines Isabel la Católica se encuentra este restaurante que nos ha encantado. La comida estaba especialmente rica, mención especial a las costillas y los mejillones. Me ha encantado todo. El servicio también es ágil y muy encantador. Felicidades al chef!!
Me ha encantado el restaurante. La comida es 100% casera, muy elaborada. El personal muy amable. Las empanadillas espectaculares. Voy a repetir en breves
Tras mucho tiempo queriendo visitar este restaurante por fin pude hacerlo. Un sitio muy acogedor y con un buen trato de personal.
La carta no es muy extensa, pero aún así nos costó decidir. Un servicio de cocido (poco que ver con el guiso original), unas cocochas de bacalao y un steak tartar para compartir fueron nuestra elección. Todo riquísimo (especialmente este último). Por poner un pero, quizás la cantidad de comida en cada plato, siendo algo corta para el precio que tiene.
Vino blanco propio muy recomendable y unos postres caseros muy originales y exquisitos.
Una buena opción para comer en el centro de Córdoba.
Tomás Garrido Gilabert
+5
No puedo valorar que es lo mejor, la comida de once, la atención de Juan Antonio de 15 y qué decir de Marisa, el alma del restaurante: nos ha sorprendido en la cocina y el trato. ¡¡Fantástica!!
Eduardo Casado Revuelta
+5
Pequeño restaurante con ambiente muy agradable y platos muy cuidados, con un toque novedoso y exquisitos. Seis amigos tuvimos un almuerzo muy placentero. Con entrantes compartidos, plato principal, postre, cerveza, vino y café tocamos a 31 euros. Muy recomendable.
Poca clientela. Mejillones, anchoas, bacalao y mollejas. De postre tarta de queso. Todo muy rico, a excepción de los mejillones que no pensaba que fueran en lata. Raciones pequeñas. Precio caro en relación a la cantidad.
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