Camarote

Personal muy amable y atento, muy agradables, tanto camareros.como un cocinero con el que tratamos, diría que es lo mejorcito que tiene el local. La comida rica pero para su precio las tapas son justas. Fuimos dos veces. La entraña de 10, impresionantemete rica, el secreto por lo que me dijeron mis acompañantes muy rico también. La segunda vez que fuimos pedimos calamares, chipirones (puntillitas en mi tierra), bravas y fingers de pollo (para el niño). Todo muy rico, pero las bravas dejaban que desear, la.patata estaba con la piel y parecía más hechas al horno que fritas, estaba la patata muy densa en vez de deshacerse. Tienen zonas diferenciadas, dentro hay una parte con aire acondicionado (un pingüino enorme que en cuanto lo encienden tarda poco en refrescar la estancia). No tiene aparcamiento, se aparca en la calle, es zona azul pero a la noche es gratuito. Fuera de la cantidad/precio de ciertas tapas y las bravas, el resto genial.

Fuimos a comer algo un día de playa y nos gustó mucho, nos apetecía una paella y eso fue lo que pedimos, paella mixta, y mientras esperábamos que nos trajeran la paella pedimos unos chocos y una sangría de vino de 1l. Los chocos estaban buenos, no eran baratos pero estaban bien, la paella tengo que decir que nos sorprendió, estaba muy buena y te aseguro que era para más de dos personas, repetimos un par de veces, nos quedamos muy llenos, y el postre buenísimo, por lo único que quedamos descontentos fue por la sangría, cara y mala, sabía muchísimo a licor, no la recomiendo, además nos costó 16€. El trato del personal excelente, solo había sitio dentro y el aire acondicionado se les había estropeado, en cuanto hubo una mesa fuera nos ofrecieron el cambio y genial. En resumen, un lugar que recomiendo. Nos costó 60€, no fue barato pero comimos muy bien, excepto por la sangría 😪.