Sitio moi acolledor, detalles coidados o máximo. Comida excelente. E Marta e Roberto uns anfitrións 10 ! 100% recomendable !
Helena Teixeira Barcala
+5
Un ambiente muy acogedor, la comida excelente y Marta, además de preciosa, es encantadora. Para repetir, sin duda.
Hemos ido a comer dos personas, previa reserva con dos meses de antelación. Las expectativas eran altas y han sido satisfechas con éxito.
El lugar en sí ya es mágico, con una finca que rodea la propiedad con animales y algunas mesitas para disfrutar del entorno.
El trato de Marta es muy cálido y cercano y la cocina de Roberto es honesta y "simple". En sus propias palabras, si objetivo es darle todo el protagonismo al producto, desnudando cada plato. Y vaya si lo consigue.
En nuestra visita disponían de dos menús degustación, con el plato principal a elegir entre diversas opciones.
Cómo pases a destacar: la vieira, los dados de bonito y el huevo con crema de patata ahumada.
Para el apartado de vinos, déjate aconsejar por Marta. Acertarás plenamente.
Local muy recomendable si buscas una cocina sincera, de producto y en un entorno mágico.
Deseando volver!
Es una experiencia bucólica desde el momento en que se accede al recinto, un lugar pequeño y acogedor que invita a relajarse y disfrutar de cada segundo que se pasa allí.
La comida, el ambiente y la atención de Marta y Roberto son de 10.
El menú es de temporada y con productos locales, preparado con mimo y esmero.
El menú que elegimos fue el de 8 entrantes + pescado y plato principal y todos los platos fueron estupendos, la relación calidad/precio me parece muy buena
Es un sitio imprescindible si estáis por la zona.
Eso sí, debido a que la capacidad es reducida, recomiendo reservar con bastante tiempo, a mí me costó 4 intentos 😁
El entorno maravilloso.
La comida magnífica.
El trato de los dueños inmejorable.
Se agradece mucho una apuesta tan íntima como está , en tiempos donde solo prima la rapidez y el dinero.
Deseando volver ☺️
Un trato cercano y encantador (desde el primer contacto por teléfono) y un ambiente muy acogedor logran que te sientas como en casa. Y una cocina sensacional, con mimo, comprometida con el producto de proximidad y de calidad. Una maravilla, espero poder volver pronto.
Voy de vez en cuando y es el restaurante que más recomiendo probar. Una casa con 5-6 mesas y una atención muy personal tanto por parte de Marta como por parte de Roberto.
La comida siempre está espectacular (nunca fallan) y el entorno hace que cada visita sea especial.
Fuimos por recomendación de unos amigos y no pudimos tomar mejor decisión.
Producto de calidad, entorno agradable y atención inmejorable.
Muchas gracias Marta y Roberto por regalarnos esta experiencia tan maravillosa.
Volveremos.
Una experiencia inolvidable. Un mundo de sabores y texturas que provocan sensaciones únicas. El vino exquisito maridaba perfectamente con los 9 pases y el gallo de corral como plato fuerte.
El emplazamiento bellísimo y la decoración cuidada.
Hay que repetir.
El lugar te reconcilia con el mundo, es pura vida y paz . El Restaurante un placer para los sentidos, nos encantó el menú degustación, creativo y respetuoso con el producto, el ahumado de la vieira es de una sutileza maravillosa. Producto de temporada, propio y local, disfrutamos de los matices de cada plato. Los propietarios una delicia, no podía ser de otra forma, se nota la pasión y el alma que le ponen a lo que hacen. Muchas gracias, Repetiremos
Como en casa, sitio muy acogedor con unos menús de 10, estaba todo buenísimo, sin duda para repetir y que decir de Marta y Roberto muy atentos y agradables, gracias por todo!.
Restaurante con mucho encanto, más propio de la cocina de una casa particular que de un negocio. Tanto el servicio, como la comida y el entorno son muy íntegros, personales y elegantes, en definitiva coherentes con la idea de “hogar” o “alma” que defienden sus propietarios Marta y Roberto (de hecho, lo conducen ellos dos solos).
Totalmente recomendable.
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