Irukas Cooking

Era la primera vez que ibamos y nos encantó la experiencia de Irukas. No tiene nada que ver con ningún otro restaurante de Boadilla. Helena, la dueña y cocinera, trata sus platos con sumo cariño y es muy innovadora. Los sabores son ricos, muy ricos y diferentes. No puedes ir y no probar las croquetas de fabada y el pastel de pularda. También tomamos unas deliciosas albóndigas pequeñitas con un tomate frito hecho por ella. Hace hasta el pan. El lugar es muy agradable, pues tendrá como mucho 6 mesas en la parte de arriba y en la parte de abajo tiene como un reservado, bastante bonito, para cualquier cena o comida especial que podrás consensuar con Helena para que cocine sobre tus gustos. Muy recomendable. ¡¡Volveremos!!

Cocina hecha con mimo, buenos ingredientes y muy creativa. El lugar es muy acogedor y Elena disfruta explicándote cada plato. Nos encantó el pastel de pularda, las croquetas de fabada y la tarta de queso. Ideal para darse un capricho y reservarlo para un grupo, dejando en manos de Elena que prepare un buen pato asado y alguna delicatessen. Volveremos sin duda.

Hemos celebrado el cumpleaños de mi madre y hemos ido un grupo de 7 personas y en el mismo momento que entras en el local de la propietaria Elena, que también es la chef, sientes mucha calidez y cercanía. Nos pedimos para beber vino tinto y de aperitivo nos sacaron un queso riquísimo y picos de centeno. Luego también nos sacaron un queso cremoso de frutos secos que estaba increíble. Para comer, pedimos para compartir ensalada de ventresca, chipirones encebollados y bitoques de pollo que nos extrajo de tres variedades. Después solomillo ibérico delicioso que estaba súper jugoso con pimientos y patatas fritas caseras de guarnición. He de resaltar que la presentación de todos los platos es exquisita. De postre pedimos tarta de queso y tiramisú, siendo todos ellos caseros y éste último lo hizo sobre la marcha. En resumen, comida de 10, local precioso decorado y muy acogedor. Si tienes pensado comer en Boadilla, os recomiendo ir a este restaurante a comer, sin duda alguna!

Fuimos a celebrar un cumpleaños en familia y estuvo fantástico. Los dueños fueron encantadores y detallistas en todo momento. Un sitio decorado de una manera exquisita. En cuanto a la comida era de una calidad suprema. Hacia tiempo que no comía tan bien. El pan de calabaza y mantequilla realizados por ellos mismos fueron una delicia. Nos prepararon unos chipirones y solomillos de cerdos en su punto. Sin olvidar de los postres caseros (una tarta de queso y un tiramisú) espectaculares. Definitivamente es un sitio para volver y disfrutar de la buena comida.

Tenía muchas ganas de ir y conocer la cocina de Helena desde que me la recomendaron. Y tengo que decir que fue un verdadero disfrute . Tanto la cocina como el ambiente están muy cuidados y se nota la profesionalidad y el amor por una cocina natural sin procesados con unos productos cuidadosamente seleccionados. Muy buena también la bodega y las recomendaciones de Nino. Sin duda será un placer volver !

Estuve ayer por la noche en este restaurante de Boadilla. Sorprendente dado que es diferente lo habitual en Boadilla. No es el clásico restaurante de dame la carta pido y me voy. La materia prima es de primerísima calidad, elegida con mucho cuidado por Helena ,la chef y dueña del negocio, que además te explicará y ayudará a elegir el plato. Es que no sabes lo que es calidad hasta que lo pruebas. Todo cocinado allí, sin prefabricados ni nada. La decoración, como si estuvieras en casa . Muy personal. El precio contenido para lo que comes. Cada euro que pagas lo vale con creces, porque estás comiendo lo mejor de mejor. Volveremos para ver qué nuevos platos prepara para esta temporada.

El local, la comida y el personal de diez para disfrutar la experiencia. La dueña y cocinera te atiende personalmente y te habla de sus platos transmitiendo su pasión por la cocina. Ingredientes de calidad y de temporada. Cocina fusión que sorprende. Todo elaborado por Helena. Hasta el pan si lo pides con antelación. La decoración del local y la música te ayudan a disfrutar de la comida y convertirlo en una experiencia gastronómica.

Hemos ido a probar la carta de la nueva temporada y nos ha encantado. Como siempre, productos de primera calidad, muy bien elaborados y presentados. El ambiente, el servicio y la decoración, llenos de detalles, dan como resultado un espacio acogedor y casero, acorde con el tipo de cocina. Muy a destacar el que se preocupen por seleccionar productos de temporada, se nota a la hora de encontrar una carta diferente y apetecible, que invita a repetir, algo que sin duda haremos pronto.