Restaurante Karmelo

Menú del día increíble en las calles bilbaínas mi esposa y yo , la estructura del bar increíble , la iluminación exacta con luz cálida donde trasmite comodidad , una atención inigualable , el menú una experiencia única donde se nota el amor y el cuidado de la materia primera apostamos por el ceviche ahogado donde el fondo del coco y los cítricos del mango con la mezcla ácida y aromas del limón es una explosión inigualable txapo una presentación y cuidado de estrella , mi esposa apostó por el arroz que os puedo decir increíble , de segundo la costilla en su temperatura donde el fondo de la salsa con la mezcla de la patata increíble la presentación de diez , el ragut fue mágico fue como entrar en una selva , las texturas del jamón y la salsa txapo un emplatado cuidadoso y minucioso, muchas felicidades al chef y al equipo de barra , nos sentimos en casa , volveremos eskerrik asko Por la experiencia mágica seguid así

Pedimos dos menús del día un viernes. Hacía mucho que lo tenía apuntado pero esperaba a ir entre semana porque el fin de semana suben mucho el precio. Presentación mona y buenos sabores (aunque ponían mucha salsa al segundo plato, lo que tapaba el sabor de la carne), sobretodo me quedo con el postre. Creo que, aunque terminas lleno porque las cantidades son bastante generosas, estaría mejor si bajasen un poco el precio. Un plus porque te traen agua del grifo directamente, algo que deberían hacer en muchos sitios antes de traer embotellada, que el agua de aquí es muy buena.

Fuimos a cenar un menú en el que podíamos elegir 3 entrantes para compartir y un segundo cada uno, postre y vino incluido por 30€ persona. También tienen carta. Pedimos lacón con pimentón, Croquetas variadas, Micuit.. de segundo chuleta de vacuno. Postre tarta de chocolate. Buena atención y el local está reformado de unos años muy bonito. Todo bueno y repetiré seguro.

Beti bikain! Ya es la tercera vez que visito este restaurante, y siempre he salido muy contenta. La mayoría de platos están buenos y además son originales, la atención de la camarera es genial y el lugar es acogedor. Esta vez el tartar estaba un poco salado, pero son cosas que siempre pueden pasar. Volveré!

Aunque empezó mal, la exquisitez de la comida y la amabilidad de la encargada lo superaron. Habíamos llamado para reservar, y cuando llegamos nos dijeron que lo sentían mucho, pero se habían equivocado, que no podían darnos mesa. Fue la encargada la que lo arregló. Los platos exquisitos. Una cocina excelente.