es el sitio mas bonito de Berga....entras y te quedas fascinada con el encanto del lugar, las camareras y los camareros son guapisimos/as....y el placer del silencio de la calle....sittio imprescindible a visitar
Un 10 de 10. El lloc, el tracte i com no el menjar. Tornarem aviat!!!!
Me ha encantado, hemos estado súper agusto, los trabajadores muy amables y muy atentos. El local es muy bohemio, con exposición de arte, una zona de vinoteca, y un comedor muy acogedor. La comida increíble! Me hicieron una paella vegana, y me pusieron una selección de aperitivos veganos buenísimos! Lo único, y lo que siempre echo en falta en los restaurantes que no son veganos 100% pero sí tienen opciones, es que siempre olvidan el postre, solo hay como opción pieza de fruta. Recomiendo que anoten este tic para por ejemplo tener en el congelador alguna opción, como helado o coulange vegano para ofrecer a clientes veganos, por lo demás encantadísima y volveré pronto! Espero tener pronto la próxima 😻
ESPECTACULAR!
Desde el pan con aceite, el aliño de las olivas, la variedad de cervezas artesanas, los entrantes sorpresa y la espectacular paella, fue una experiencia gastronómica de 10.
Los postres también muy ricos y caseros.
El local acogedor y el camarero un crack.
Aprovechamos la cercanía para visitar la granja de El Ruc Català Fuives y fue un día al completo.
El precio del menú es genial para la calidad del producto.
Uy, tenía mis reticencias, tontas ellas obviamente pero aún así, paella y montaña me cuesta un poco asimilar. Grave error, dado que quizás he comido una de las mejores paellas de mi vida exceptuando obviamente Valencia, Gandía y Denia, por aquello de perdón a los valencianos. El servicio, otro gran punto a destacar, atento, delicado y amable. Para mi imprescindible. Una buena selección de vinos adornaba la carta y para finalizar los postres estaba deliciosos. Un buen sitio para comer, cenar o lo que se tercie. Para volver una y otra vez, vaya.
El restaurante es precioso y con muy buen ambiente.
Hay un menú de fin de semana por 26 euros por persona precio cerrado con aperitivo sorpresa y puedes elegir entre 3 variedades de arroz, nosotros elegimos el negro.
Además nos pusieron pan y aceite y aceitunas muy ricas.
La comida es espectacular pero hay que tomárselo con calma porque van a tope y hay que esperar un poco.
El trato del personal es muy amable
Muy buena atención por parte de los camareros. La comida exelentemente buena y el postre y el vino también. Un aceite de oliva buenissimo y recomendamos el entrante de queso de ger.
Muy recomendable.
Buen restaurante, servicio atento. Gran variedad de vinos de proximidad, de arroces (muy bien presentados), de postres caseros. El local es estupendo y muy bonito, restaurado con gusto.
Recomendamos.
Bonito restaurante en pleno corazón de la ciudad de Berga, con cocina tradicional muy bien realizada con pequeños toques de fusión, su carta no es extensa pero bien escogida, tiene una carta de vinos bastante completa (algo caros).
¿Te gusta el arroz? Entonces no lo dejes pasar. Un menú fijo de 26 euros con dos entrantes creativos y una paella para buen remate. Postre y café para fijar el punto. La terraza en una pequeña plaza es agradable para comer a la sombra de los grandes árboles. El interior es un Celler de techos bajos correctamente renovado con toques modernos. Punto débil: baños incómodos. Fuera de eso, un 10.
Fuimos de casualidad y comimos super bien. Nos adaptaron un arroz con bacalao y butifarra ya que soy alergica al marisco, y estaba espectacular. Tarta de queso casera de postre.
Muy buen servicio, rápido y atentos.
La comida excelente, los aperitivos son atrevidos y sorprendentes, muy buenos, bien trabajados y equilibrados en los sabores.
El menú ofrece gran elección de arroces, con marisco y carnes, algún caldoso y una opción vegana si no recuerdo mal.
En nuestro caso, el arroz con gambas rojas y calamares, era sabroso y al punto, las gambas muy frescas en punto de cocción perfecto, nada de resecas ni cocinadas en exceso.
Las raciones son suficientes, nada de quedarse con hambre ni demasiado lleno.
Los postres son caseros por cierto.
El establecimiento es ideal, acogedor y suficiente íntimo, no es un lugar bullicioso ni demasiado densificado de mesas la cual cosa te hace disfrutar aún más de la comida.
Quedamos muy contentos, teníamos ganas de ir hace tiempo; hay que reservar con un poco de antelación, importante.
Felicitaciones Corpus!
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