La comida es buena en la línea de lo que se puede esperar en los restaurantes de playa de esta zona. Nosotros comimos un surtido de tapas entre las que había calamares, chipirones, croquetas y boquerones y de primero un arroz a banda.
Para beber agua, refrescos, cerveza, y una sangría muy refrescante que estaba bastante bien, aunque la carta de vinos es muy correcta.
A destacar la atención del personal y el servicio de Sala, que fue en todo momento rápido y muy amable .
Por supuesto, el entorno es algo muy destacable, ya que destaca de arena es muy bonita y a pocos metros tienes una segunda cala más reservada igualmente preciosa. además desde aquí salen dos rutas a pie por la costa que son ideales si no hace demasiado calor.
Restaurante en primera línea de playa con una terraza bastante amplia. Acerca de la comida, la ración de calamares era bastante escasa, con un precio de 20 euros ( me pareció bastante caro en relación a la calidad- precio) aunque imagino que las vistas se pagan. Sobre el arroz de marisco, estaba bastante bueno y las dos raciones abundantes, el pan con alioli que pedimos, es como en la foto, ese trozo para dos sin tomate ni nada. Sobre el servicio, había muchos camareros pero bastante perdidos. Sitio recomendable por las vistas.
Jonathan Primo Dieguez
+5
Después de un buen fin de semana con amigos nos decidimos a comer en este restaurante que conocía un amiga nuestra. La verdad que la decisión fue muy acertada. Los camareros muy amables, las vistas en primera línea de playa te hacen disfrutar de la comida de otra manera y lo importante, la comida estaba deliciosa.
Pedimos unas raciones de bravas que estaban muy ricas, unas raciones de sepia espectaculares y unas croquetas que a mi parecer no tenían nada de especial, pero no puede ser todo perfecto.
De segundo pedimos un par de arroces que estaban deliciosos y para terminar unas tartas de queso y brownie de chocolate espectaculares.
Definitivamente repetiremos si volvemos por Calpe.
Reservamos para comer 7 personas y nos encantó a todos. Solo lo conocía una sobrina, pero es un restaurante para repetir, por su comida, su enclave y por el servicio. Las paellas, buenísimas y no es necesario encargarlas, fideuá exquisita, las patatas bravas etc. Desde el restaurante se puede ver la playa de la Fustera, muy bonita y con acceso para silla de ruedas.
Un sitio para comer con una ubicación increíble. Lo que más nos impresionó es la organización que tienen y el trato al cliente, un 10, chicos. Muchos tendrían que aprender de vosotros para dar un servicio tan bueno con tantas mesas para atender y aún así ser tan rápidos y atentos con los clientes. La comida muy rica, mucha variedad, y los postres caseros increíbles, además con el café te ponen un trocito de bizcocho casero buenísimo. Mi chico se pidió hamburguesa pero no me dio tiempo de hacer foto jiji y las patatas bravas buenísimas.
Volveremos chicos, un placer!
Un saludo!
La metre fue un encanto. Se nota la experiencia y profesionalidad, pendiente de todo el salón y de sus clientes. En cambio, al resto de camareros pareciese que el jefe le acabase de echar una bronca… muchas caras largas. Cuando no hay buen ambiente laboral se nota, y siendo el sitio tan bonito, esa forma de atender sin ganas rompe un poco el encanto del lugar.
La comida muy rica, pero salió todo frío. Pero por esas vistas, el precio es hasta bajo.
Nos ha encantado. Bonito sitio con vistas a la playa. Todo lo que pedimos estaba bueno, precio razonable y servicio con una atención muy correcta. Muy recomendable
Comida muy buena, el ambiente agradable pero las mesas muy pegadas y algunas sin ventilador.
Los camareros super atentos y servicio rapidísimo.
Un poco caro, pero por las vistas, calidad y servicio vale la pena
Lo mejor de este sitio es su ubicación: unas vistas espectaculares a la playa y a la montaña!!!
Comida: correcta, no es un restaurante de menú diario, pero tampoco es algo espectacular.
Atención: muy rápidos, muy amables y muy eficaces.
No es barato.
Empiezo por lo que menos me ha gustado y es el servicio por la mañana, habia bastante gente en la terraza y poco personal. Habia gente quejandose por los cafes porque les tardaba mucho y a nosotros el desayuno nos tardo bastante. En tomarnos nota como unos 15 minutos aproximadamente. Eso si las tostadas y los zumos estaban para repetir. Por la noche cenamos y la cosa cambia mucho. Hay mas personal y te atienden en seguida. Pedimos lubina y entrecot angus y para los peques una racion de nuggets con patatas. Nos ha encantado la comida y la calidad de los productos se nota. Un 10 señores. Obligatorio pedir pan con alioli, babeo como un san bernardo solo de pensar en el. Al terminar pedimos una tarta de queso que tambien esta tremenda. Volveremos a Mandala y espero que sea pronto.
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