El sitio es espectacular. El ambiente te transporta. Decoración muy cuidada en todos los aspectos, buena distribución, buena iluminación y sensaciones de estar como en casa. El personal, al ser negocio familiar, es un encanto. El dueño bastante atento y agradable. La comida de 10. Sin ser un sitio especialmente barato, la verdad es que es de esos lugares en los que sientes que merece la pena pagar el precio. 100% recomendable. Volveremos si nos pilla de nuevo en ruta.
Muy, muy contenta de haber comido en este restaurante. Llegamos de casualidad porque pensábamos ir a otro que estaba lleno, y no nos pudo salir mejor la jugada.
Pedimos un menú cada uno, la comida estaba exquisita (sólo le hice foto al melón con jamón, pero el pavo con la ensalada de brotes estaba tremendo), muy bien de cantidad (como se aprecia en la foto), y el servicio rápido e inmejorable.
Tanto la camarera como el señor que también atendía mesas (suponemos que el dueño), ambos muy serviciales y agradables en el trato.
Si viviéramos cerca sería nuestro restaurante por excelencia sin ninguna. Ojalá podamos volver en alguna otra ocasión.
Comida buenísima buenísima. Rápidos y muy amables. De 10!
Recomendamos: tabla de cecina, ración de morro, sandwich de pollo, tosta de queso con nueces y miel, y cachopo de jamón y quesos.
Vinimos desde la otra punta de España y necesitábamos un sitio con comida variada donde recargar energía, y ha sido justo lo que queríamos.
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