What I loved most about this place was the people working there. They were beyond attentive and complimented the fantastic food we had. Nothing pretentious at all here.
Now to the food...... From start to finish it was adventurous and surprising (in a fantastic way) Every dish was talked through and each course really was fantastic.
We will come here again when we visit Barcelona.
Thank you all for a wonderful birthday meal xxx
This is not just fine dining; this is a fantastic experience. The food is amazing, their wine selections are perfect and give that extra to the food. The interior, the atmosphere and the experienced staff in combination with the food and wines makes this a must to visit when you're in Barcelona.
No hay palabras para describir la experiencia en este restaurante. Los detalles están en todo momento, desde la primera atención hasta la salida. La comida por supuesto es inmejorable y para ser un sitio de este estilo, la cantidad al final del menú es más que suficiente y evita que el usuario se quede con esa sensación de que le ha podido faltar algo, lo que al final es un detalle más a tener en cuenta.
El restaurante habla por si solo por lo que para esas ocasiones especiales es una más que recomendable opción.
Era mi primera vez en un ⭐⭐🛞 y desde luego la experiencia fue mágica y fantástica. Otro nivel.
Destacar la puesta en escena, cuidada, bien hilada, con un mensaje claro que se acompaña de una magnífica experiencia gastronómica.
Destacar: el servicio es exquisito, la presentación y los detalles.
Opción: imprescindible maridaje, magnífico tanto en la elección, muy sorprenderte. Destacando los conocimientos y trato del sumiller
Comida: todos los platos estaban exquisitos.
Pero: los platos de carne y pescado dentro de lo bien ejecutados y deliciosos que estaban, nos dejaron un poco fríos. Nos esperábamos un pelín más dado como se había ejecutado el resto del menú en cuanto a sabores y texturas.
Recomendable: desde luego
Un lugar para una ocasión especial como la nuestra. Desde que entras, disfrutas de una experiencia más que de simplemente comer. Cada plato tiene una historia y te la explican con cariño.
Es interesante que este dos estrellas Michelín, al contrario que otros restaurantes estrellados de Barcelona, tiene un menú degustación sin tanto marisco, cosa que agradezco, y tiene una mezcla de carne y pescado interesante junto con otros productos mediterráneos.
Desde que entras te transportan a los lugares más icónicos de la infancia del chef Jordi Artal, nos encantaron el vermú y los aperitivos rodeados de naturaleza.
La comida, elaborada con sumo detalle, te hace disfrutar de cada bocado y de los ingredientes de temporada de la gastronomía catalana. Imprescindible, bajo mi punto de vista, acompañarla del maridaje recomendado por el sumiller, con una selección exclusiva de vinos autóctonos que, por lo menos en nuestro caso, fue de lo más acertada, además de la interesante información que nos brindó.
El único "pero" lo pondría en los platos de carne y pescado, que nos dejaron un poco indiferentes pese a ser de gran calidad, quizás esperábamos un toque de innovación que siguiera la dinámica del resto del menú.
El servicio, en todo momento muy atento y nos atendió con gran profesionalidad.
Recomendado para quienes quieran disfrutar de una experiencia gastronómica de alto nivel.
El local es precioso, con varias salas, cada una con sus curiosidades, el personal de 10 amable y atento, cualquier duda o petición te la resuelven enseguida, en cuanto a la comida, es espectacular tanto en sabor como en sensaciones y con algunas sorpresas que no he puesto en las fotos para que las disfrutéis cuando vayáis (porque tenéis que ir), la coca de foie, no entra en el menú, pero les pregunté si había algún plato fuera de carta y a pesar de que no tenían ninguno en ese momento hablaron con cocina para ver si me podían preparar alguno, una experiencia espectacular y super recomendada.
Espectacular lugar y lograda ambientación para que únicamente te centres en lo más importante, los sabores. Fue un menú degustación de 10 platos con maridaje de vinos. Empezamos el viaje por los sabores iniciando con un aperitivo exquisito de tres piezas. Luego fuimos a otro ambiente, sentándonos en el salón principal, a degustar el resto de platos. No sabré detallar con exactitud las delicias que nos sirvieron, pero hubo un poco de todo y de primerísima calidad. Crocant de gamba, foie gras en huevo, el pan estaba acompañado de una mantequilla divina y aceites Arbequina y Picual. Era impresionante notar como los sabores variaban en cada mordisco mezclándose diversas tonalidades que no pugnan por sobresalir, sino que van cediendo su lugar las unas a las otras. A continuación nos sirvieron una sopa de cebolla con una bola de queso gratinado relleno y trozos de cebolla asada con trufa (esta descripción queda algo triste en comparación con la realidad del plato). Después, bogavante. Espléndido, servido sobre su pata y en otro plato con un lecho de arroz y unas cuantas exquisiteces más que no alcanzo a recordar pero de cuyo sabor seguimos deleitándonos (fue el plato que más nos gustó). Un rodaballo suculento y suave en láminas de setas... Probamos un ciervo marinado en chocolate blanco y cubierto en polvo de frutos rojos... Luego un similar de torrija y finalmente un requesón con miel y virutas de frutos rojos hidrogenizados. Una maravilla culinaria bien casada con un surtido de vinos blancos y tintos excelentemente seleccionados que acompañaban a cada bocado. Para acabar, café peruano. El servicio estuvo a la altura del lugar y la comida. Trato excelente, buenas explicaciones y consejos sobre cómo sacarle el mayor partido a aquellos platos y se ocuparon por que no nos faltara de nada. (Un precioso detalle ver nuestra mesa adornada con pétalos de rosa). También nos sirvieron un cóctel de ratafía, cointreau y ginebra, al cual sugerí que podían nombrarlo "mordisco de naranja", suena como sabe, muy rico.
Los baños (debo decirlo) tienen una inspiración japonesa que me resultó conocida y me alegré también por ello.
Nos fuimos muy satisfechos con la sensación de que volveremos.
De los mejores restaurantes estrellados que hemos estado en Barcelona. El servicio impecable, estancia agradable e intima y lo mejor el menú. Directos al largo, por dos platos menos no se pierdan el largo; presentación y sabor exquisito. Repetiremos sin duda. Gracias!
El restaurante te explica los orígenes de como se creó cada sensación que puedes sentir, oler, degustar.
Esta es mi segunda ocasión para un cumpleaños y cuidan casa uno de los detalles deteniéndose en los productos de proximidad y de temporada por lo que el menú es completamente diferente cada vez que los visitas.
La atención es increíble, estar allí es trasladarse a otro planeta.
Espero volver pronto
Hay que tomárselo no como un restaurante o un sitio donde vas a ir a alimentarte, sino como un lugar donde vas a vivir una experiencia culinaria como pocas.
En nuestro caso, fueron 3 horas de largo e intenso menú, pero que se disfruta hasta la última porción de plato.
Respecto al precio, no me pareció nada caro para lo que se ofrece. La atención fue muy cordial en todo momento y pudimos reservar mesa con apenas unas horas de antelación, que es de agradecer.
Dejo unas cuantas imágenes, que valen más que 1000 palabras.
Que decir de este maravilloso restaurante.. Único. Disfruté muchísimo de todo el proceso, desde el inicio con la particularidad de la sala de los 'olivos' hasta el final con los postres 'catalanes'. La verdad es que la atención y el servicio está supercuidado, nos encantaron las tarjetas de presentación de los platos y no saber que comeríamos hasta que las traían. A destacar la personalización de la cuenta con el folleto donde explican sus proveedores y la esencia del restaurante.
Un lugar increíble para despertar los 5 sentidos.
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