Santutxo

Todo dantastico. La atención muy amable. El local curioso y original. Patio interior agradable. Y la comida exquisita. La hamburguesa Santutxo una pasada. También probé la ensalada magna y la bomba de pulpo. Buenísimas. Muy recomendable. Cuando vuelva a Barcelona intentaré pasar otra vez. Si vais no dejes de probar el Coulan de chocolate flambeado con ron.

Conocí a Ismael y su local hace 20 años cuando empezó y a decir por la afluencia de público que he visto hoy lunes, pues estaba abarrotado de gente incluso celebrando cumples, compruebo que sigue siendo tan amable y simpático como entonces , delicado y atento a los clientes. Llama la atención y se agradece un trato así en la era de las prisas. Parece que a él, el paso del tiempo no le agrió el carácter ni estropeó sus modales. Sus platos son excelentes precio /calidad/cantidad. Su patio y jardín una delicia para estar muy a gusto en pareja o con amigos , incluso con nuestra perrita.

Todo es GENIAL!!! La atención fue lo mejor de todo! El espacio tiene como 3 ambientes, la terraza de la calle, la parte interior que la decoración es muy original y un patio. En el patio hay una zona brutal de bonita! Comimos hamburguesas y nachos y todo super bien y unas patatas fritas caseras deli. Para algún cumpleaños con mucha gente viene bien porque nos armaron una mesa grande en el jardín y estuvo genial. Me encantó!!!

Gema oculta, por fuera muy discreto por dentro un bodegon clasico y una terraza al fondo chulisima. El dueño fue un divino y nos atendio super!! Y la comida…buena bonita y precios super razonables!! Las croquetas y las patatas una delicia…en verdad las patatas estaban crocantes y sin sabor a frito…luego las hamburguesas eran enormes y la carne muy buena…sin duda uno de mis favoritos del barrio

No exagero si digo que hacía meses que quería venir al Santutxo, pero siempre coincidía que estaba cerrado (mejor no hacer caso del horario de Google, no siempre es el correcto). Es curioso que la gran mayoría de reseñas destaquen el trato del personal y no solo lo confirmo sino que voy un paso más: todo lo que se pueda decir es poco. Desde el momento que entras por la puerta, Ismael te atiende con una sonrisa y una amabilidad que atrapa. El sitio tiene un aire vintage muy guay, con decoración, instrumentos musicales y una caja registradora del siglo pasado. Pero lo que realmente no te esperas está una vez llegas al fondo: un patio interior PRECIOSO y acogedor (aunque hacía un poco de “rasca”, es lo que tiene un patio al aire libre una noche de otoño). Con respecto a la comida, una carta pequeña pero con buenos platos para picar y compartir a un precio más que razonable (no probé ningún plato individual, por lo que no puedo opinar). Quizá las bebidas tardaron bastante en llegar, por poner un pero , teniendo en cuenta que éramos sólo dos mesas, pero realmente la atención y la amabilidad compensan todo lo demás. Si tuviera que resumir mi primera vez en el Santutxo en una frase lo tengo claro: la espera mereció la pena. Volveré siempre que pueda y espero que sea muy pronto . ¡Mil gracias! :))))

Restaurante que desde fuera quizá puede no acabar de ser atractivo, luego nos encantó a todos, recomendamos hacer reserva, ya que dispone de pocas mesas dentro, y depende de las fechas, la terraza interior puede ser algo fría. Buenas torradas y bastante bien para hacer una cenita de tapeo. Ambiente muy amable y tranquilo.