Doble Zeroo

Se come muy muy bien, hacen unas fusiones de escándalo, cada plato superaba el siguiente. Compartimos todo para probar lo máximo y estuvo súper bien. La parte de juegos de los niños ha cambiado respecto a la última vez que estuvimos, era más pequeña aún así realmente los pequeños se lo pasaron súper bien. El serio fue muy amable pero demasiado lentos, apenas éramos 4 mesas. No teníamos prisa pero si llega a estar lleno no se como lo hubieran hecho.

Este restaurante nunca decepciona, ni por la comida ni por el trato que se recibe por su personal! Sitio de comida japonesa fusionada, precios acordes a la calidad! Nosotras pedimos un padthai, unos nigiris de salmon, gyozas caseras de verduras y langostino (recomendadisimo)!! Fuimos atendidas por Claire, encantadora y más que profesional! Enhorabuena por la calidad y la profesionalidad del personal! Recomendado al 100%!

Teníamos reserva para dos a las 21. Llamamos para avisar que llegaríamos media hora tarde y nos han dicho qué no había problema. Una vez llegamos al restaurante, estuvimos parados 10 min para que nos ubiquen donde sentarnos. El local carece de ventilación, hay mucho ruido. La decoración no nos gustó nada, para un sitio con ese precio de menú debería mejorar esa parte. Han tardado 20” en darnos la carta, una vez hecho el pedido entre plato y plato pasaban 30” en traer el siguiente. Hasta la camarera se dio cuenta qué estábamos desatendidos porque pasaba y nos miraba y volvía a barra a reclamar sin que digamos nada. El sabor de la comida es bueno, las raciones normales-pequeñas por el precio que tiene. 75€ una botella de vino blanco, 9 sashimis,16 piezas de sushi y un bowl con arroz. No pedimos postre por no esperar mas. Cuando pagamos la camarera nos explica (sin decir nada) que hay un solo sushiman y van liados de gente. Si no pueden dar servicio, no abarcar mas de lo que pueden dar. No volveremos.

Comida muy rica y el trato muy bueno. Y encima los niños tienen un pequeño espacio habilitado para jugar con monitores, un sitio perfecto. Justo delante tiene un parque para cuando los más pequeños se cansen y necesiten salir a correr. Si tengo q poner una pega diría q la mesa q nos tocó estaba cerca de la puerta y como no paraba d abrirse entraba frío y casi me pongo la chaqueta para comer, por todo lo demás un sitio al que volveré sin duda.

Solíamos ir a menudo a este restaurante y ayer volvimos después de bastante tiempo y había cambiado mucho. Había un dj con la música a todo volumen que casi no podías hablar y cuando la gente subía el volumen de la voz para entenderse aún subía más la música, cuando salimos del restaurante sentimos alivio. La comida está muy bueno, sin embargo hay que decir que su famoso "mosquito" ha perdido mucha calidad, además de que han disminuido el tamaño de los uramaki manteniendo el precio. Tardaron mucho en sacar los platos y nos trajeron la tapa que pedimos después del sushi, la única camarera que vale la pena es la única que han mantenido de antes del cambio. 2 rolls (16 piezas) y 6 gyozas con una copa de vino y una botella pequeña de agua nos costó 40 euros. Sinceramente no creo que volvamos y es una pena porque antes era uno de nuestros favoritos.