Rilke

Un lugar precioso que se respira Catalunya. La comida está súper rica, el espacio muy bonito, el servicio increíble. Me gustó mucho porque no estaba lleno de turistas aunque que está ubicado en el corazón de los puntos turísticos. Las croquetas Jok es algo que no puedes dejar de pedir, la comida en general es tradicional catalana. El único plato que no repetiría es el postre, que además era casi el mismo precio que uno de los platos.

Buena comida, a un precio ajustado al tipo de local. Ambiente exclusivo con patio interior y coctelería. La carta de vinos nos pareció subida de precio para lo que ofrecía. Como punto negativo, trajeron los primeros (calientes) sin que demos el visto bueno del vino. Elegimos por error un vino natural que no nos gustó, lo cambiaron sin problema. Es un error sin importancia para nosotros, pero otros comensales más exquisitos se podrían quejar. Recomendable.

Una experiencia totalmente recomendable. El local en si es precioso, cuando entras hay un host que te acompaña a la puerta del restaurante ya que está en un entresuelo. La decoración es muy elegante y todas las personas con las que interactuamos fueron muy amables y cordiales con nosotros. Quisimos probar varios platos para compartir ya que teníamos la tarjeta del time out con un 50% de descuento en la comida y la verdad es que me gustaron todos. En especial, un plato de fuera de carta que era un carabinero con huevo frito y salsa de marisco, estaba espectacular. El canelon también es muy recomendable y en mi opinión la ostra es una de las más frescas que he comido últimamente. Nos ayudaron a elegir un vino y antes de la cena pedimos dos vermuts para los aperitivos. La verdad es que el restaurante no es económico pero la calidad y el servicio merecen la pena.

Un lugar escondido de Barcelona pero de alta calidad. Fuimos ahí con la tarjeta Timeout y pedimos todo lo que pudimos comer - empezando con un vermut y el queso mezclado con mantequilla de servicio, creo que es algo de Mallorca. Siguiendo con ostras frescas No2 muy muy buenas. Las croquetas de jamón sabían a jamón de verdad y los buñuelos (básicamente) de anguila con tinta eran espectaculares. Queríamos pedir un plato pero teníamos curiosidad del chuletón que tienen - un poco más de un kilo servido con patatas y pimientos del padrón. Me quedé sin palabras - la maduración de la carne, el cuidado, todo era increíble. Acabamos con postre - un xuxo, sorbete y chocolate. Es un sitio para probar y volver. 10/10

Fuimos a cenar y nos encantó el restaurante! El ambiente es espectacular. De entrada nos tomamos unos cócteles antes de ir a la mesa. La comida la encontramos realmente buena, tanto a nivel de producto como la elaboración. Platos de cocina catalana. En mi modesta opinión, la oferta de referencias de la carta de vinos se podría mejorar un poco (también los encontré un poco cargados de precio). Sin embargo, el precio final es más que razonable, teniendo en cuenta la alta calidad.

Restaurante aparentemente clásico, pero por ciertos detalles de la decoración ya intuyes que algo te va a sorprender. Dispone de una zona separada para tomar un cóctel y, según el día, incluso oír música en directo (un plus). Restaurante acogedor, con un personal de sala profesional y muy amable. Carta no excesivamente larga, pero suficientemente variada para que tengas dudas qué plato elegirás (porque querrías probar varios). Propuesta gastronómica creativa. Sin duda volveré