La Venta

Restaurante histórico de BCN , vale la pena subir al Tibidabo para poder disfrutar de unas vistas preciosas de BCN, ambiente tranquilo y silencioso que se agradece ,pedimos carta , algo de picar para compartir y un plato principal ,buena carta de vinos , postres caseros muy buenos . Atención muy correcta por parte del servicio , la decoración interior conserva la historia-que no es poca- ,el único pero es que no hay mucha variedad de platos ...y quizás la calidad (comi Bacalao), no era la que me hubiera esperado , aunque no deje nada en el plato.De postre pedí una torrija que está a muy buena.Volverė.

Restaurante muy agradable y con buena comida, pero con precios demasiado elevados para la calidad o cantidad de los platos: dos primeros y dos segundos (sin postres ni vino, sólo agua) elevaron la cuenta a 110€. Recomiendo especialmente el Tataki de atún con sanfaina y pesto. En resumen, es un buen lugar por las vistas y la tranquilidad, pero dudo que vuelva.

La Venta es un restaurante tradicional y familiar, con mucha historia. Está situado en la zona alta, literalmente, de Bcn: a los pies del funicular que va al Tibidabo, con unas vistas privilegiadísimas de la ciudad. Datos a tener en cuenta: abren en lunes (podríais sospechar, pero cuando a su mesa se sientan dos ilustres y estrelladísimos cocineros para comer.. ese mismo día, por algo será). Dejan entrar perritos que pesen menos de 20kg. Tienen un parking, de plazas limitadas, oro en la zona. La terraza y el interior no tienen vistas, pero tienen encanto y discreción. Las vistas se sitúan en el comedor de arriba, para el cual hay que abonar 175 euros, consumición aparte. Recomiendo todos los platos de los que publico fotografías, el arroz en su punto, los calamares tiernísimos, las alcachofas.. DEL PRAT. Y el souffle de chocolate es una absoluta perdición. El servicio, a la antigua usanza, es excelente. Para comidas, cenas, familiares, de pareja, amigos, de trabajo.. Tiro seguro.

Magnífico restaurante de toda la vida a los pies del Tibidabo con vistas panorámicas espectaculares de Barcelona. Trato excelente y muy profesional. Alta calidad y variedad en sus platos de diseño, cocina esmerada y cuidada en el detalle. Lugar de ensueño. Ideal para cenas románticas y comidas familiares donde se podrá estar a gusto por su buen ambiente. A pesar de estar en la montaña junto a la estación del funicular al parque de atracciones está bien comunicado con servicios de autobús y taxi aunque si se prefiere se puede bajar hacia una zona más concurrida (San Gervasio) en cuestión de 15'.

Fuimos para una comida familiar con un menú ya preestablecido. Es un restaurante de toda la vida de Barcelona. De cocina catalana con buenos productos. Hicimos un menú con Croquetas de jamón, erizos de mar gratinados, coca escalivada con anchoas, tostada de foie, jamón de bellota y solomillo. Tiene varias zonas de interior y de terraza. Terrazas muy agradables y verdes. Para esta ocasión nos montaron un salón privado para +20 personas.