Born Voraz

Comida reservada a través del tenedor, en horario de medio día. Hemos comido con cuatro raciones y la comida era buenísima! Nos ha aconsejado Enrique, el camarero que estaba en el turno de medio día y ha sido todo un acierto preguntarle. Pulpo a la brasa, champiñones rellenos, patatas revueltas con huevo y foie y buñuelos de Thai (increíbles). De postre chocolate blanco con mascarpone, una pasada(foto). Muy recomendado, y si coinciden con Enrique, aun mas!

Excelente sitio para comer. Hemos ido con el tenedor y el descubrimiento ha sido muy grato. He leído algunas quejas por los precios elevados pero creo que no tienen razón. Tienen una gran variedad de tapas muy asequibles, entre 4 y 5€, y aunque los segundos platos son más caros, es lo normal, sobretodo porque tienen desde solomillo a rabo de toro, y este tipo de carne suele ser cara en todos lados. Por la ubicación en la que está los precios son muy razonables. Y la comida es exquisita. Salí muy contenta. El servicio ha sido muy amable y atento y el local es muy agradable. Las croquetas caseras que hacen estaban muy buenas y los raviolis crujientes de queso brie me dejaron atónita por lo buenos que estaban. Pero sobretodo recomiendo el tataki de atún.

Uno de los sitios que más me ha gustado de todos los que he probado en Barcelona. La relación calidad precio es muy buena. Todo lo que hemos comido estaba muy bien, desde los raviolis crujientes hasta el brownie pasando por el atún. Sin duda alguna es un sitio que he descubierto por el tenedor y al que vamos a volver sin duda alguna. El camarero muy amable con nosotros. La chica un poco más seca.

Fuimos a comer un sábado hacia las 15:00. La camarera que nos atendió parece que tenía prisa por acabar su turno, porque insistió mucho en que pidiéramos enseguida. Pedimos tapas -la camarera nos dijo que eran generosas- y un plato cada uno, además de una botella de vino. Las tapas estaban ricas, pero tampoco eran tan generosas como decía ella. La calidad de la comida es muy buena y el precio está bien -nosotros teníamos un 30% de descuento por una aplicación-. La chica se equivocó y nos sirvió un vino superior -el doble de caro- al que habíamos pedido, que ni estaba en la carta, pero finalmente nos cobraron el vino que habíamos pedido. El sommelier Paolo nos lo explicó claramente y quedamos muy satisfechos, tanto con la comida como con la honestidad ante el error cometido por la camarera.

Restaurante en el Born exquisito. Comida muy elaborada y hasta con preparación de diseño, platos deliciosos y muy bien presentados. El trato como hacía tiempo no encontraba, atentos, encantadores pero sin empalagar al cliente... lo justo y necesario. Seguro que volvemos. El local un lugar muy curioso y cuidado a parte de tener su encanto por ser una antigua fábrica textil transformado en este restaurante único. Por buscarle un pero, algo excesivo el precio.