El Trabucaire

Hemos ido a cenar sin reserva y han podido darnos mesa. El personal muy amable, y Margot muy atenta y cuida mucho la clientela, a valorar muy positivamente. La comida muy buena, la fritada buena, variada y no con la sensación de estar comiendo frito. El aguacate con atún rojo también muy bueno. Como pequeño comentario, que por un problema se han quedado sin agua y al pedir agua se nos ha dicho textualmente “no tenemos”( y nos ha explicado qué ha pasado, totalmente comprensible). Al final he tenido que pedir una coca cola cuando jamás bebo coca cola, pero para no comer sin nada líquido. Siempre bebo agua y lógicamente me he quedado con sed. Mi sorpresa ha sido que veía que servían agua a los niños. Entendible, pero considero que por una botella de agua que pida un adulto no pasa nada, ya que he repetido varias veces que solo bebía agua… o que me hubieran dicho que solo es para niños… Y bueno, el postre han tardado 15 minutos en servirlo y justo cuando lo hemos comentado ha salido. Un fallo técnico, el camarero también se ha sorprendido. Muy bueno también. Al final nos ha invitado a dos chupitos. Recomendable el local. Esperemos que la próxima vez tengan agua😝

Uffff! Que maravilla de lugar, con una gran terraza al fresco! La comida esta increible, el cazón es tan y tan bueno que repeterias hasta explotar! Ah, y destacar el tinto de verano con granizado de limón, que es pura delicatessen. Precio más que justo para lo que comes y la calidad que ofrecen. A todo esto, el trato de todo el personal es ESPECTACULAR! Son amables y se preocupan para que no te falte de nada. Un lugar para repetir!

Suelo hacer caso a las valoraciones del Sr. Google y hoy me ha recomendado El Trabucaire buscando "tapas" cerca de mí. Día de playa y pocas ganas de llegar a casa y cocinar... Llegamos sin reserva, a lo loco... No hay mesa y nos apuntamos en la pizarra esperando nuestro turno... 35/40 minutos que amenizamos con unas cervezas, ni tan mal... Oímos 'cantar' nuestro nombre y Margot nos asigna muy amablemente una mesa al solecito, regalados... Margot le da salseo a la terraza y la convierte en un espacio agradable y familiar... Nos toma nota... Unos calamares a la andaluza, unas patatas Trabucaire (muy recomendable) y una ensaladilla rusa 'de Cádiz' riquísima... Margot nos cuida cada vez que pasa por nuestro lado... Todo bien, niño? Bien, cari? Y así... Así se hacen clientes y así se cuida un negocio, que debido a la situación, ha pasado por horas extremadamente bajas. Habrá que volver...

Experiencia única, nos había comentado sus bondades, pero la propuesta de tapas y sugerencias ha superado las expectativas. Buen y rápido servicio, trato inmejorable, sencillez, y una materia prima fuera de serie. No dejéis de probar el atún con salmorejo, camarones con huevo y jamón, cazón en adobo, y tortitas de camarones, y sorpresa ortiguillas. Volveremos.