Da gusto dar con un restaurante de gente joven con ilusión por hacer las cosas bien, y además es que lo hacen estupendamente. El menú degustación me ha encantado, el trato y el ambiente inmejorable. En cuanto cambien el menú de temporada me tienen allí otra vez.
Después de repetir por cuarta vez, confirmamos han mejorado en cada una de las veces que hemos comido :):)
Ir en verano con productos de la temporada ha sido la mejor opción, y los sabores, texturas, la combinación de platos… espectacular 😍
El menú degustación es un acierto siempre para probar todo, y los postres siempre sorprenden!!!!
Un sitio así en el Valle se valora muuuuuucho.
Cogimos el menú de degustación que estuvo excelente y a un precio razonable para la calidad que ofrecen. Es una cocina innovadora con unos platos deliciosos, fruto del resultado de unos ingredientes de calidad cocinados con mucho mimo. El servicio eficiente, rápido y muy profesional. Las instalaciones limpias, espaciosas y con una decoración sencilla pero a la vez moderna.
Volvimos unos meses después con un menú diferente y también nos gustó mucho la experiencia, la chica que explicaba los platos muy profesional y todo de una calidad superior.
Muy recomendable.
FRANCISCO MORALES JOVER
+5
Tras recomendármelo varias personas, nos decidimos a ir a probarlo.
Es difícil imaginar un restaurante de este nivel en Ayora pero ahí está. Un lugar cálido, tranquilo y con muy buenas expectativas.
Una atención muy cercana y un menú que nos encanto; en especial el puerro. Esperamos volver pronto y ver reflejado más producto de Km0 en el menú. La miel estamos seguros de que adquirirá gran protagonismo !
Grata sorpresa en un pequeño pueblo del interior de Valencia, donde Elisabeth y Kiko desbordan ilusión, conocimiento y pasión gastronómica
La ensalada de tomate super!!!!
Muy recomendable, además la zona es muy chula
El restaurante con más calidad y nivel de Ayora y en una calle muy tranquila pero muy céntrica. Menú exquisito que cambian cada cierto tiempo. Para volver otra vez y ya van cuatro.
Hemos acudido durante el servicio de cena para poder disfrutar del menú degustación perteneciente a la primavera (en breve presentarán el de verano).
Sin ser la primera vez que acudía al restaurante no deja de sorprender. Me gustaría destacar todo lo que hace de Pinea un gran referente culinario para ser motivo de visita.
Desde que entras el servicio en mesa es fantástico, te presentan los distintos menús y vinos de los que disponen y te ofrecen también la carta para quien prefiere platos sueltos (recomiendo el menú degustación para disfrutar de una extensa experiencia y entender el concepto del restaurante).
Ya entrando en los distintos pases del menú he de decir que el tiempo entre ellos es el adecuado y en ningún momento tienes esperas incómodas. Al inicio de cada plato te explican el concepto y los ingredientes que lo componen. También es de agradecer que a mitad del servicio cambien la cubertería.
A nivel culinario solo tengo elogios porque la mayoría de platos son redondos y no tienen ningún pero. Se podría resumir en elaboraciones bien trabajadas y excelente producto en el que todos los elementos gozan de armonía.
Solo me queda recomendarlo y animar a su visita porque el sitio lo merece.
Muy grata doble experiencia, al coincidir que estaban cambiando los menús repetimos 2 dias. Uno menú ejecutivo... perfecto y después menú degustacion... espectacular y a unos precios más que correctos. Gran ambiente y mejor servicio
Excelente en todo. Además de platos exquisitos y bien preparados y mejor presentados, el personal de sala un encanto y muy buenos profesionales, aún siendo tan jóvenes. El menú degustación de fin de semana, nada que envidiar a los mejores restaurantes de cualquier gran ciudad. Te quedas más que satisfecho. Les doy un "10". Volveremos. ¡Enhorabuena!
Que lujo poder empezar el año con un descubrimiento tan increíble como pinea y encima, donde menos te lo esperas. Cuando ya daba por hecho que vamos a acabar las rutas con un triste bocadillo nos topamos por casualidad con esta joya escondida en una pequeña callejuela estrecha.
El precio no nos pareció elevado tras degustar los platos. El menú degustación sale a 35€ con la bebida y café aparte. Al sentarnos se nos indico que habían cambiado 3 platos del menú (berenjena, bonito y la merluza) pero fue decisión nuestra quedarnos; cuando empezaron a servir nos dimos cuenta que habían cambiado otro plato más (el bonito que se cambió por el bacalao se volvió a cambiar por el calamar de anzuelo.) Aún así estuvo riquísimo todo, los buñuelos de cordero tranquilamente me podía comer como unos 10 más.
El helado de canela uno de los mejores que he probado en toda mi vida.
La decoración encantadora y acogedora, la presentación de los platos insuperable, la atención muy buena y correcta.
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