Bar La Granadia

Descubrímiento del verano, día de feria, quedaba poco género, pero lo que probamos nos encantó. Por cierto, los serranitos son sin pimiento.., mención especial para los chicos fritos y a los postres caseros Trato amable por parte del personal, y para finalizar nos invitaron a un chupito. Volverémosel.proximo año a degustar más productos.

Fácil aparcamiento, parece que no reservan pues el teléfono no lo cogían, aun así llegamos a las 21,30 y había sitio, a partir de las 22 estaba lleno, había cola para coger mesa pero no esperaban mucho. En cuanto a la comida, pedimos media ración de aliño de huevas, media de chocó frito y atún a la parrilla, todo bueno aunque el atún para nuestro gusto demasiado tiempo en la brasa, tal vez fue error nuestro por no pedirle el punto, aunque la camarera tampoco nos lo preguntó. Servicio bueno y agrable. Para repetir.

El sitio está en una ría, no es lo más bonito del mundo pero la calidad precio y el sabor de la comida es impresionante de bueno, el atún a la brasa excepcional, repetiré sin duda porque merece la pena. El servicio es muy amable y muy atento, quizás el único pero es que están tan ocupados que tienen que ir a toda prisa, pero cualquier cosa que pedimos nos la dieron lo más rápido que pudieron. Lo dicho, para repetir.

Local a la junto a una ría donde se aprecia claramente el curioso efecto de marea en los barcos pesqueros de la zona. Barcos que traen el magníficos pescado absolutamente fresco que se sirve en este local. Que si bien es de apariencia hulmidel tiene una comida que rivaliza con la de cualquier de los que llamaríamos elegantes o "pjjos" dicho de forma natural. Sin perder la frescira de el típico "merendero" a pie de playa ya que también te pueden servir pescado frito así como suculentos platos hechos a la parrilla. Para ejemplo de esto, las fotos del atún a la parrilla, que por apenas 15 euros te ponen más de 300 gramos de atun fresco cocinado al punto con guarnición a elegir. A decir verdad el mejor atún que he probado por cálidad, preparación y precio. Quiero romper una lanza a favor del local y sus amables y profesionales trabajadores en contra de algunos comentarios vertidos aquí tras el reciente carnaval donde había gente que como poco sentido común se quejaba de que había demasiada gente o de que faltaba género. Algo que obviamente ocurre en cualquier pueblo cuando por fiestas especiales la población de turistas hace que los clientes pasen a ser tal vez el 300% de un día a otro. Obviamente ningún negocio pequeño puede mantener un stock así sin seguridad de ventas. Luego si no tienes paciencia y sentido común, vete a comer a un MC Donald que siembre tendrán algo para gente así. Como último comentario de esta larga crítica positiva descartar la simpátia de los dos principales camareros, Pablo y Encarni que aún con el local lleno y estresado no les falta una sonrisa y una buena y amable atención. Hasta el punto de sentirte casi en un lugar familiar hasta siendo la primera vez que vienes.