Malu

AVISO: AQUÍ ES IMPOSIBLE HACER DIETA… Positivo: Ubicación: Se encuentra en una carretera en el término municipal de aviles. Estacionamiento: justo al lado del restaurante. Aparcamiento sin problemas. Establecimiento: muy grande, con comedor interior y terraza. Típica sidrería del norte. Carta: producto típico asturiano. Variedad y cantidad es su lema. A pesar del precio que es bajo la calidad es buena. Carnes y pescados y marisco excelentes. Servicio: amable y servicial. La cantidad de comida es algo espectacular.. Negativo: Extracción de humos poco eficaz. Depende de la zona del comedor te llevar el olor de la comida a casa.

Este sitio ofrece una cantidad de comida insuperable, hay que entrarle con respecto y mucha hambre para aprovecharlo. Gran cantidad de platos, en especial carnes están increíbles además de probar algunos de los mejores jamones. El cachopo está increíble y las croquetas no se quedan muy atrás. El servicio por parte del camarero fue bastante correcto. Lo único malo fue que cuando fuimos, un domingo a primera hora 13:00, ya no disponíande gran parte de los postres, quedándome con ganas de probar algunos de ellos. No sé si hubo algún evento especial el día anterior, pero yo procuraría tener siempre con la mayor oferta de postres para el domingo, que es cuando las familias se reúnen para venir a comer aquí.

Un sitio chulo y con aparcamiento de tierra detrás de la sidrería. Buena atención y muy pendientes de echarte sidra. La comida muy rica y abundante, y buena calidad precio. Tiene terraza. Fuimos a cenar y sobre las 22.30 o 23hs había música en directo para bailotear, sobre todo para señores y señoras, en plan Rocío Dúrcal, Sergio Dalma, La Pantoja... Pero te echas unas risas incluso algún baile que otro... Repetiría y lo recomiendo.

Comida con amigos, una comida estupenda todo riquísimo volveremos a repetir. Las carnes muy exquisitas tanto las que pedimos al punto como muy echas. Las cantidades muy generosas acorde a los precios, los 3 postres a compartir un acierto. La única pega a resaltar las croquetas que podían ser caseras en vez de congeladas.