2&tres Gastro Bar

Con el grupo Juan XXIII nunca fallas. Pero este sitio resalta en elegancia en la decoración, en detalles a máximo. Sus empleados están pendiente de ti todo el tiempo, en ningún momento sientes que esperas, incluso algunas veces llegan solo con mirar un poco. Con respecto a la Celiaquia puedo tomar muchas cosas, pero resalto la ensaladilla de merluza y la Increíble tortilla de papatas. También nos llamó la atención la rapidez en cocinar el arroz. En este caso pedimos el meloso. Os aconsejo pedirlo. Una opción segura, rica y con mucha clase.

Local amplio y limpio, servicio muy amables y atentos, todo lo que comimos estaba bueno excepto el arroz, los garbanzos un poco duros. Las cuerdas de la pulsera de la camarera me las metió por dos veces en el plato encima de la comida deben de tener ya su mugre. Solo tenían helado de coco, chocolate y mantecado. El vino muy caro.

Fuimos tres personas y todas las camareras nos atendieron muy bien. Buena carta de vinos y todos los platos muy buenos hasta que llegó la carne, un solomillo; estaba prácticamente frío. Les pedí que lo calentaran con lo cual, a la vuelta, ya no estaba al punto, pero es que además volvía a estar casi frío. Para colmo, después, al ver la carta, el plato de solomillo va con patatas y a nosotros nos lo sirvieron con los elementos del plato de presa ibérica (puré de pera y cebolla confitada). Tengo que decir que no tiene pinta de que estas cosas ocurran a menudo, nos tocó a nosotros.

Comida de varios platos a compartir y no puedo decir cuál me gustó más. Milhojas de verdura buenísimas, las croquetas de langosta espectaculares, ni que decir de la tortilla con trufa.....brutal. Seguimos con ensaladilla, tarta de cebolla y tostás, no puedo poner un pero a nada. Los postres exquisitos al igual que el trato del personal. Un ambiente cómodo y acogedor con buena comida.

Apuesta segura. Siempre que vamos comemos realmente bien, en un ambiente muy agradable y con un servicio profesional. También, remarcar pequeños detalles que en mi opinión suman, como por ejemplo el formato de la carta, dónde se detallan los ingredientes de cada plato, su procedencia y el tipo de preparación. En esta última visita, destacar el tartar de atún, las croquetas de mejillones y el arrosejat. De la amplia carta de vinos, más de 20 referencias por tipo y a buen precio, tomamos un Ceramic Monastrell y un Demuerte.

Fuimos dos personas a comer. El local bien aislado, recogido y bien decorado. Las mesas son grandes incluso para dos personas, lo que se agradece mucho. La atención por parte de los camareros fue buena y la comida presentada de una forma muy bonita y en cantidades buenas. El arroz en llanda no lo habíamos probado hasta ahora y nos sorprendió la capa tan fina que se queda, no siendo pesada la cantidad que comes. Se nos quedaron pendientes algunos platos por probar, volveremos sin duda!