Barrazero

He ido varias veces pero hasta hoy no había hecho una reseña. Local ubicado en una de las callecitas del Pau 5 con aparcamiento relativamente sencillo. Cogimos una mesa para dos en sala y estuvimos muy cómodos. El trato exquisito y las recomendaciones del camarero muy acertadas. Platos trabajados y sabrosos. Recomendación especial a la coca de mollitas y las croquetas de jamón, que no fallan. La calidad precio buenísima. Sin duda volveremos.

Todo impecable. Buen servicio, ambiente y comida. Nos liamos a pedir y salimos rodando!! Para 3: ensaladilla, croquetas de jamón, torreznos, jamón,sepia en salsa, dumplings, paquito, bahn min roll de Angus y postres. Nos encantaron los dumplings y el paquito. Lo que menos nos gustó fueron los chipirones en salsa. Los dos postres también estaban increíbles.

Escogí este restaurante para celebrar el cumpleaños de mi pareja, ya que nos gusta mucho salir a cenar e ir a muchos restaurantes y pensé que le gustaría, pero nunca imaginaría lo que nos esperaba, este restaurante ha pasado a ser nuestro favorito. El servicio es increíble, absolutamente pendientes de que estes cómodo en todo momento y atendido, con cariño y calidez, en la reserva dije que era el cumpleaños de mi novio y sacaron el postre con una velita, un detalle que me pareció importante, ya que tienen en cuenta cada cliente de forma individualizada, tanto Alex como otro chica, me disculpo por no saber su nombre, fueron muy amables y eficaces, un 10 para el personal. El ambiente es tranquilo e íntimo, pero a su vez te sientes como en casa, el restaurante es precioso, estábamos en la terraza pero el interior no se queda atrás. Por último y lo más importante, la comida, jamás había visto a mi pareja emocionarse comiendo una zamburiña (y ha comido muchas), pedimos: - Marinera con anchoa del Cantábrico, estaba muy rica , la anchoa increíble. - Zamburiña: sublime , no pedimos mas por no hincharnos pero volveremos a comer más sin duda. - Croquetas jamón joselito: el rebozado crujiente y sabroso, pero el interior, una croqueta cremosa como no había visto antes. Rib Eye: la maduración de la carne se notaba en cada bocado, el punto perfecto y el sabor delicioso, no dejamos ni un bocado de nada. De postre pedimos la milhoja con helado, se nota la calidad y el cariño que le ponen a todo, un postre de 10. Gracias al restaurante y a todo su equipo por hacer de la cena un momento inolvidable y mostrar la pasión por la gastronomía con tanta calidad.