No hay palabras para describir mi experiencia en este sitio. La comida es exquisita y elaborada cada día con ingredientes frescos. Patricia es una excelente anfitriona y definitivamente recomendaré y volveré a este sitio.
Sólo tengo buenas palabras para este sitio, desde el trato maravilloso que tienen, hasta la comida deliciosa y de una calidad excelente.
Todo ello acompañado de un ambiente agradable e íntimo.
Un lugar sin duda para visitar más de una y dos veces.
Una carta muy cuidada y especial de platos muy variados con ingredientes que compra en el día. Espectacular para disfrutar de la comida tranquilamente.
La dueña súper amable. Nos recomendó los crepes y fueron un acierto total. El de setas estaba INCREÍBLE.
Excelente y deliciosa comida en un local precioso y acogedor. La atención y el servicio también excelentes. Repetiré.
Un sitio excepcional, trato increíble,comida casera, los productos de temporada, ecológicos, y de cercanía, de mis sitios preferidos en Zaragoza
Estuvimos muy a gusto por el ambiente, por su dueña: un ángel, y por la comida. Todo casero con un toque original, con algunos sabores del mundo: países nórdicos con su arenque, la salsa de yogur y musaka mediterráneas... y con amor al producto.
El local es pequeñito, pero tiene sabor a otra época,
Soprendente, mágico, Patricia suuuper cariñosa. La comida excelente, la decoración y la música perfectas para crear una atmósfera perfecta para una cena con amig@s, pareja o incluso sol@. Un esencial en Zaragoza. Gracias desde Catalunya.
Fui a tomarme un par de cervezas con mi pareja y nos sorprendió mucho. Lugar pequeño muy acogedor con una atención muy buena por parte de la mujer. Nos puso una tapa de tortilla con las cervezas (nada normal en Zaragoza) y la verdad que muy bueno. Buen sitio
Sitio con buena decoración. Una agradable sorpresa para ir a echar el vermuth o para quedar tranquilamente con alguien. Muy buenos los negronis
Un lugar íntimo y muy personal, fiel reflejo de su dueña, quien, como está sola, atiende sin prisas a sus comensales. Libros, velas y luces muy bajas crean un ambiente óptimo para la confidencia entre amig@s: solo necesitamos algunos quesos con carácter y golosos piscosours para disfrutar pausadamen
Un lugar muy especial para cenar. Su dueña encantadora, se preocupa mucho por sus comensales. Comida original con productos de temporada.
Un sitio precioso para tomar algo o para comer, íntimo y acogedor.
Distinto es la mejor palabra para definirlo. Es pequeño, muy acogedor y con decoración particular. Te sorprendera, parece un bar sin más de barrio, pero en sus 4 paredes podrás encontrar bebidas y comidas preparadas con mucho mimo y encanto. Un lugar para descubrir en el centro y compartir con unos
Sitio encantador, te atrapa ya desde la puerta y no te deja salir.
La atención increíble, con mucho detalle y con mucho cariño.
La comida buenísima y el ambiente una maravilla.
Un momento para recordar.
Local acogedor, música ambiente perfecta para relajarse y conversar. Patricia (su propietaria) es encantadora. Las tapas son estupendas: la croqueta de queso azul es espectacular y la quiche de bacon es de 10.
Un lugar distinto, acogedor, lleno de encanto y calidez, que se descubre nada más entrar pero que he ido apreciado cada vez mas. Su dueña, Patricia, hace que uno se sienta como en casa, y su sensibilidad y amor hacia el arte ha convertido el local en un pequeño Parnaso, donde se suceden las Tertuli
Comida diferente en un ambiente muy relajante.
Un paso adentro es un viaje a otra época.
Muy buen trato,buenas cervezas y tapas
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