Recomendable 100 por 100. Para empezar el restaurante llama la atención por su gran cristalera muy moderno pero acogedor. Tuvimos la suerte de ser atendidos por el dueño el cual acertó en todas sus recomendaciones tanto en vino como en comida. La verdad que la experiencia de comer ahí gana el doble
Ya es la segunda vez que voy y cada día me gusta más. El menú espectacular: entrante, primero, segundo y postre… ah! incluye un refresco o una cerveza.
Por cierto, no es muy grande así que hay que reservar con cierta antelación.
Probablemente de lo mejor de Zaragoza. El producto es de calidad y son platos comunes pero todos con una vuelta de tuerca original. El pan chino y la trucha espectaculares. De postres, el gofre y la tarta de chocolate lo mejor. Y lo suyo es dejarse recomendar, volveré seguro.
Totalmente recomendable. Servicio muy amable y agradable, comida deliciosa y de calidad y ambiente relajado. Pedimos el menú de 25 euros, todo un acierto.
Volveremos, muchas gracias!
Un sitio muy recomendable, pruebas nuevos sabores y los platos están muy bien presentados. Tartar en su punto y calamares con huevo poche riquísimos,el brioche de torrija y la tarta tres quesos deliciosos.
El otro día estuve en este sitio cenando y fue fantástico la comida y el sitio en general, pero lo que más resaltó es el servicio dado por la camarera Paula que nos atendió. Fue amable, atenta y muy profesional razón por la cual volveré
La cena en sí bastante bien, comida buena y postre muy rico. Lo que no entiendo es que si aceptan reservas hasta las 22.00 y al final reservamos a las 21.30 nos metan prisa para pedir. Nos sentimos un poco presionados ya que hasta dijimos que nos dieran 5 minutos para pensar y no tardó ni 2 minutos
Platos para compartir. Bién presentados, muy buenos y de ración generosa. Buén ambiente. Mejor ir sin prisas. Se toman su tiempo. Servicio cordial. Hay que reservar. La tarta de quesos con helado de higos de postre, espectacular. Para recomendar y repetir.
¡Muy recomendable! Platos / raciones completamente diferentes a otros lugares. Ideal para compartir y podré probar varias cosas
Atención de 10. Te aconsejan y te explican plato por plato cómo está hecho y lo que contiene.
Si las raciones o tapas están riquísimas, los postres ya es otro nivel.
La tar
Un restaurante de 10. En el barrio de San José, un lugar bien ambientado, tranquilo, pocas mesas. El servicio extraordinario. Te explican la carta y te hacen recomendaciones. Platos sorprendentes. Sabores, elaboraciones y presentación de nivel.
Fui a comer con unas amigas y espectacular. Platos de poca cantidad pero de gran calidad. Son varios platos por lo que al final no te quedas con hambre. Servicio excepcional, muy atentos. Un restaurante escondido en una calle de poco tránsito, una joya
He ido varias veces y siempre vuelvo; varias, a comer raciones y tapas, muy personalizadas y elaboradas. Hoy, menú del día, tan personal y dedicado como las raciones. Huevo poché de entrante, con migas; falso arroz con membrillo, salmón y pastel de chocolate belga de postre.
El ambiente, tranquilo y
Restaurante situado en un barrio de Zaragoza, alta cocina de barrio. Menú de 20 euros, con dos entrantes, dos primeros,1 principal, bebida y postre (a elegir u entrante y un primero). Sabores sorprendentes. Si tuviera que poner alguna pega, sería la cantidad un poco justa si eres de comer más abunda
La comida espectacular, la atención y el lugar sin ninguna queja, la atención de la camarera fue lo que más nos gustó a mi novia y a mi, fue muy amable y nos explico muy bien los platos, vamos a volver seguro la calidad de la comida y la atención de la camarera de calidad. Volveremos seguro!!!
Local accesible a PMR con espacio para colocar silla (lavabo no adaptado). Sala luminosa, suave decoración industrial, plantas para dar color, una ventana permite ver la cocina. Hay taburetes en la barra y una mesa alta, las demás son altura estándar.
Muy buena atención en sala, solo hay una chica y
Comimos muy bien, probamos el menú (28euros), fuimos un domingo.
Comida rica y se ve la cocina a través de la cristalera.
La única pega que sacamos es que fuimos con un niño pequeño y no tenían trona.
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