El Boticario

Desayunos buenísimos. Amplia variedad de café, croissant, tostadas con aceite y tomate, tarta de queso, de chocolate, manzana. También minis variados y muchas y riquísimas tapas. Para el aperitivo buena y variada sección de tapas y montaditos diversos. Bocadillos para comer sin perder mucho tiempo. Buena terraza ubicada en el exterior, soleada y protegida para el invierno. Y con toldo. Cuando hace buen tiempo es una auténtica delicia. Personal amable y buen servicio.

Llegamos al establecimiento sin reserva previa con la intención d cenar 6 adultos el pasado viernes, 3 noviembre. Gracias a la camarera q nos atendió nos ofreció una mesa adecuada al grupo aunque con limitación horaria por existir una reserva sobre la mesa a las 22 h. El servicio d 10 y la cenita no quedó atrás. Destacar los chopitos, la ensaladilla… Cumplimos con el tiempo concedido y decidimos volver al siguiente día para desayunar. Tostadas con tomate y churros. Ambiente muy agradable y tranquilo. Agradecidos por todo. Volveremos sin duda en nuestra próxima visita a Zaragoza

Situado en pleno centro de Zaragoza, después de tanto años ha sabido mantener la misma calidad a un precio razonable. Nos pedimos una ensalada de gulas y setas que estaba fantástica. Una ración de calamares con un rebozado único. Una ración de sepia muy buena también, lo que me pareció un poco escasa fueron los huevos rotos con jamón. Las camareras amables. En general una buena calidad-precio.

Si es invierno, hace sol y son las 10 de la mañana de un fin de semana y quieres tomar un café y un croissant por 2,40€ en la zona de la Avenida Goya, este es tu sitio. Al estilo de lo cafés tertulia de antaño; mesas de mármol, sillas de madera (aquí forradas en piel) y suelos hidráulicos. Amplios ventanales orientados al Este, de ahí lo de invierno y el sol, donde te despertarás poco a poco con el sol bañando tu cara. Café bien, croissant mejor que el café.

Un lugar con ENCANTO al que siempre vuelvo con mucho gusto. Espectaculares tapas y deliciosas tartas caseras. Fantásticos desayunos y carta variada. Las mesas de mármol, las sillas de madera curvada y las lámparas envuelven el sitio con un aire clásico que enamora. He de remarcar también el trato impecable del personal. 100%RECOMENDABLE.