Bar Restaurante El Carmen

Llegamos al Bar-Mesón El Carmen prácticamente por casualidad, de regreso de Pontevedra el 01 de enero fecha complicada para comer porque casi todo está cerrado. Nada más entrar un maravilloso olor a leña quemada en chimenea, nos invitaba a entrar. Pedimos de entrante Boletus a la plancha con un sabor exquisitamente maravilloso y unas deliciosas zamburiñas. Desconocíamos que el mesón hubiese ganado el primer premio de la tapa Micológica de la Diputación de Zamora, que lamentablemente no pudimos degustar por la fecha que era, no obstante su dueños nos dieron a probar una salsa de boletus sencillamente deliciosa, así que sin duda regresaremos para probar la tapa ganadora en 2022. Todos los platos que probamos deliciosos y absolutamente caseros. Los propietarios son dos personas muy majas y campechanas que hicieron de nuestra estancia en su mesón una experiencia muy agradable. Muy especialmente Dña. María Teresa que prepara unos platos sencillamente deliciosos. Definitivamente es un sitio acogedor para pararse a comer una excelente comida casera sanabresa. Sin lugar a dudas un lugar que recomiendo y al que regresaremos muchas veces más. Muy agradecidos por atención recibida.

A veces improvisar sale bien. Lo que hace muy necesario ser justo con Teresa y su marido. Dimos con este Mesón por casualidad y la verdad es que superó con creces nuestras expectativas. A esa hora, de viaje, no esperábamos dar con un sitio como este, pequeño si, donde es mejor entrar sin prisa, si. Ellos lo advierten cuando llegas, son solo dos y bastante hacen. Apenas tuvimos que esperar, y un jamón de la zona y unas rabas riquísimas nos daban la bienvenida. Un revuelto de boletus después, para terminar con un chuletón francamente bueno y un filete sabroso y tierno para los niños. Invito a todo aquel que tenga ocasión, a acercarse a comer en este sitio donde una omnipresente Teresa le pone al sitio no solo dedicación y cariño, sino buen hacer y un resultado genial. Volveremos, sin duda.

Inmejorable !! Llamamos a última hora por si nos podían hacer un hueco para 11 un sábado. Quería que mis amigos de Madrid probaran la gastronomía local. Nos acogieron sin problemas y a pesar de las horas (salimos a las 18:00h) no sentimos ningún tipo de presión, de hecho todo lo contrario, estábamos muy a gusto. Varios platos de los recomendados triunfaron entre los madrileños (zamburriñas, cucurriles, tomate local, croquetas, mollejas y por supuesto sus selectas carnes). No te la juegues, en casa de Teresa y Juan se va a tiro fijo ! Y por supuesto, precios muy asequibles para la calidad de la comida y trato.

Fantástico sitio para comer comida típica de Castilla. Bar de pueblo con gente entrañable con ganas de trabajar y servir a su gente. La chuleta estaba muy buena y de buen tamaño. Por otro lado las croquetas y la ensalada de tomate totalmente recomendable por la calidad de los productos. Por último, los postres totalmente caseros y muy ricos. Experiencia enriquecedora.