La Cana De Espana Marinera

Sitio ideal para que te den un buen sablazo al bolsillo. Café de mala calidad, pero lo mejor es que los croissants son de bolsa (ultra procesado) y enanos al margen de ser un bollo con forma de croissant. Lo que mas me gusto fue que al pedir explicaciones de la cuenta me informan que como el croissant fue pedido con mantequilla y mermelada eso llevaba un suplemento. ¿? Es en el primer sitio que me cobran la mantequilla y mermelada en un desayuno. Todo por el módico precio de 10,60€ Bravo! Esto es una forma excelente de atraer al turismo nacional.

Lo mejor: Buena ubicación. Al lado del paseo. Vistas al mar. Tiene ventiladores. Lo peor: servían fuentes de mejillones a otras mesas que al pasar por nuestro lado desprendian un olor nauseabundo. Pedimos el menú del día y de segundo pedimos pescado. Olían mal, tanto la dorada como la lubina, algun día lejano fueron frescos... apenas los probamos, decidimos no comer Al día siguiente mi grupo tuvo problemas intestinales y había cola en los servicios Nos fastidió las vacaciones

Pongo una estrella porque no de puede no poner ninguna... Con eso digo bastante de cómo fue mi experiencia. Es triste que un bar con un nombre así, y que bajo el nombre ponga taberna típica española, los camareros casi no hablen castellano. Queríamos comer un aro combinado y en la zona de carnes había diferentes planes donde ponía al lado más guarnición. Preguntamos a la camarera cual era y nos dice que verdura y patata, entendemos que será patatas fritas y ensalada. Pues la sorpresa que al pedir el plato viene sin guarnición , al preguntar el motivo dice que ese no lleva guarnición Dejo la foto del fantástico plato combinado... Es una pena que pueblos como éste se pierdan con bares así... y tengan la poca vergüenza de poner que es una taberna típica española . También pongo una foto de las fantásticas croquetas... Ni que decir tiene que se quedaron en el plato...

Un desastre, una aberración detrás de otra: desde la organización de los empleados, pasando por la comida con aceite quemado, hasta la cobardía del jefe cuando todo estaba yendo mal y decidió no personarse en la mesa para dar la cara (estaba allí, a lo lejos, viendo cómo una mesa tras otra nos quejábamos del mal estado de la comida y los camareros aguantaban un chaparrón detrás de otro). Nunca había tenido una experiencia así, y creedme si os digo que las 3 mesas que estaban alrededor de nosotros estaban viviendo lo mismo que vivíamos nosotros. De vergüenza.