Sin lugar a dudas es actualmente uno de los mejores restaurantes en Valladolid.
Encontraréis un ambiente elegante, con un cuidado exquisito por parte del personal en todos los detalles y lo que es más importante una carta con un producto excelentemente tratado y con un acabado de Estrella. Enhorabuena Dámaso por ese gran trabajo en la cocina que se ve reflejado de manera magistral en cada bocado, todo en un punto de acabado perfecto. Carta de vinos ambiciosa por su calidad y posibilidad de descorche. Sabor y color inmejorable en Pucela. Para volver sin pensarlo.
Como disfrutamos en Dámaso, no hay carta, ni falta que hace. Dámaso hace las veces de chef y se acerca a cada mesa a compartir sus propuestas del día. Hay que dejarse llevar. No falla. Jose Carlos en la sala remata la faena.
Muy recomendado, para mi el mejor restaurante de Valladolid, da igual cuando vaya y lo que pida que siempre resulta delicioso, Dámaso tiene muy buena mano. He probado muchos restaurantes de los que han abierto nuevos en el centro que están bien por lo general pero de baratos no tienen nada para lo que son, en Dámaso se que tampoco va a ser barato como en el centro pero tengo la certeza que voy a comer genial. Nunca falla! Si no habéis estado no lo dudéis.
![5]( "Recensione")
Cenar en este espacio por primera vez es como asistir a una "cata a ciegas". La llegada nocturna impone por su escasa contaminación lumínica, no ayudando espacialmente a situarte e introduciéndote con cierta intranquilidad en un espacio anacrónico y trasnochado que sirve de entrada a las puertas de un templo culinario que seguro agradece la luz del día.
Todo cambia (como en una cata a ciegas) una vez superado el umbral de la incertidumbre y acomodándonos en la tranquilidad de la certeza.
Una mesa bien vestida digna de aquellos que la disfrutan, con una vista a un jardín que la noche no permite disfrutar, pero que te invita a volver.
Un Chef que nos incita a disfrutar de su casa cantándote la carta del día y aconsejando sin tibieza el recorrido culinario en el que nos vamos a embarcar. Nos sugiere una serie de entrantes y unos segundos dejando la parte final del viaje (postres, cafés y licores) a un servicio de mesa profesional y discreto, que es de agradecer.
Empieza la cena y nuestros sentidos entran en estado de alerta mientras los distintos entrantes comparten espacio en la mesa. Un Gazpacho abre el viaje golpeando con fuerza y preparándonos para el meloso maravilloso de unas croquetas bien echas. Platos como el steak tartare y el gazpachuelo con gambas hacen que el viaje cobre sentido. Destacar entre todos el morro con cocochas y el foie. Sin palabras.
Si a ello le unimos la posibilidad de poder llevar nuestros propios caldos (vino, champagne) que más se puede pedir.
Dámaso fue un placer conocer su casa y una maravilla recorrer el viaje culinario de su mano. Volveremos.
JESÚS FERNÁNDEZ MORILLO
+4
La comida excelente y el servicio también. No es barato pero vale lo que cuesta. Es una comida estupenda muy bien elaborada y emplatada. Para repetir. No me gusta q no haya carta a pesar de q Damaso es muy agradable. Prefiero leer la carta y decidir. El mantel estaba pelin sucio y la chaquetilla de Damaso también. Cuidaría esos detalles, porque el servicio es inmejorable.
Restaurante situado en el campo de golf de la galera.
La comida es elaborada y con productos de calidad. Las mollejas y el arroz es muy bueno. Las verdinas normalitas, el strak tartar normal pero poca cantidad.
Muy positivo que puedes llevar tú vino.
Como negativo es que tardan mucho en servir, y la mesa que nos pudieron una persona tenía problemas con las patas para poder sentarse. Lurgar diferente para probar.
Una experiencia extraordinaria.
Comida, ambiente y servicio espectacular.
Buena relación calidad precio del menú. Platos de temporada con muy buena elaboración, muy buen trato de las materias primas. El local es muy agradable con bonitas vistas al campo de golf y Valladolid, aunque la ubicación no parece la más comercial para un restaurante de este perfil. Dámaso hace buenas sugerencias de vinos poco conocidos pero que sorprenden gratamente. El equipo de sala es muy eficiente y atento.
Es un lugar precioso, situado en un club de golf. La comida es espectacular, todo estaba riquísimo. Te atiende personalmente el dueño y cocinero del local, el cual es agradable. El menú va cambiado según los productos de temporada. Trato de los camareros inmejorable.
Los callos bestiales!
Por poner una pega la ensaladilla rusa. Me faltó algo en el sabor de la mayonesa
Uno de los mejores restaurantes de Valladolid. Emplazamiento excepcional. Se puede disfrutar de la comida en la terraza con vistas al campo de golf. Muy buena relación calidad precio, cada plato es un disfrute para los sentidos. Los postres no le van a la zaga. Posibilidad de llevarse el vino. Buena atención
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