Voraz Fue La Llama

Gran restaurante, nos dieron muchísimas facilidades y fueron muy atentos. La comida muy rica, el espacio muy bonito, tuvieron el detalle de situarnos en una mesa con vistas a la plaza mayor. Hacer mención especial al personal del restaurante, sobre todo a Salomé, fue la encargada de hacer que la comida fuese de 10, muy amable, profesional, atenta, servicial, personas de las que ya casi no quedan.

Sentimientos encontrados. La camarera muy amable Daba gusto. Precio en terraza un poco alto en relación a las raciones y la calidad. Lo mejor la tempura de langostinos....pulpo duro y más bien templado. Verduras a la brasa demasiado "al dente" o sea duras, y tirando a frias. Las salsas ricas.Mini ensalada de pimientos, rica pero mini mini. La amabilidad del personal merece una oportunidad, la comida estoy segura que lo pueden hacerlo mejor y los precios quizá un poco altos. Poco a poco se iran dando.cuenta

Magnífica cena en Voraz. Templo de las carnes hechas en brasa de encina. Dudábamos entre todos los tipos de carne que tienen (frisona, simental, rubia gallega y buey centroeuropeo). Así que nos propusieron hacer un "menú degustación" donde probamos absolutamente todas menos el buey centroeuropeo. Las croquetas de txuleta cremosísimas y con mucho sabor. El carpaccio de Wagyu jugoso y delicado. Steak tartare de lechazo, cortado a cuchillo (como debe ser) con su justo aliño y guarniciones (caviar de mango, pepinillo, tomate y cebolla finamente picadas) Tataki de vaca simental con un "chimichurri" fresco y con toque dulce. Txuletón de vaca rubia gallega con 60 días de maduración (el ganador indiscutible de la noche). Una potencia de sabor impresionante!!! 😋 Txuletón de vaca frisona con 95 días de maduración. La carne súper tierna, parecía mantequilla, se deshacía en la boca. Mar de pasión. Postre espectacular, con un punto ácido que es perfecto para bajar la cena.

Muy buena comida. Local muy comodo y decoración cuidada al detalle. Los precios son razonables para la calidad que ofrecen. Lo único que detallo como negativo es algunos gestos del personal, llegamos a las 22h y estábamos solos en el restaurante. La camarera muy amable pero se llevó una bronca por parte del, supongo, jefe, que como clientes no nos interesa escuchar. Además en todo momento dio la impresión de que estaban urgidos por ir recogiendo platos y trayendo segundos para acabar y que nos marcharamos. No obstante muy destacable la presentación y calidad de los platos.

Estupendo restaurante en plena plaza mayor de Valladolid donde se come de maravilla platos de calidad muy bien presentados, y muy bien servidos por unos profesionales de la hostelería. Seguid así! El carpaccio de bacalao con tapenade de aceitunas verdes, ajo negro y caviar de curry estaba espectacular (un pelín frío, podían haberlo templado un poco sirviéndolo en un plato caliente), la corvina deliciosa y los langostinos en tempura súper recomendables. La tarta de queso con helado de idiazabal y salsa de toffe de piñón es adictiva, para pedirla cada vez que vayamos. Precios sin competencia: 72 euros con una botella de vino verdejo José Pariente incluída.

Sitio acogedor y tranquilo, personal muy atento y amables,poca espera entre plato y plato. Hemos pedido el revuelto , la ensalada d pulpo y el entrecot , sin duda la ensalada lo mejor. El pulpo abundante y buenísimo. De postre el coulant con helado, aconsejable. Con el descuento del tenedor hemos pagado unos 16 euros cada uno. Lo recomiendo.