Restaurante Mesón Don Pelayo

Estupendo lugar para disfrutar de viandas de la zona. Comedor acogedor y con detalles y aperos de la zona. Comimos unas setas a la plancha, junto con unos calamares y unos chipirones, la verdad muy rico y el plato estrella lechazo riquísimo y bien de cantidad, precios razonable, atención muy cuidada por parte de Javier, pendiente en todo momento de que no nos faltará nada, El servicio un poco más lento pero razonable el comedor estaba lleno. Sin duda repetiremos.Gracias

Fuimos 10 personas a comer para celebrar un aniversario. No conocía este restaurante antes y al ser un mesón esperaba que su decoración estuviera descuidada, pero todo lo contrario. El local luce nuevo y tiene bastante espacio para celebrar eventos mayores, además fuera tiene un jardín con buen césped. Habíamos reservado una paella para 6 (que se convirtió en para 7) y un cuarto de lechazo (que viene con ensalada y te lo ya asado muestran antes de cortarlo y servirlo), ya que era necesario hacerlo previamente. Algunos pedimos a mayores de lo reservado un plato y otros dos. En mi caso pedí el solomillo que vino acompañado de un pimiento de piquillo y guarnición de patatas, el punto estaba genial. Otros platos que conseguí fotografiar fueron el pincho de lechazo, pimientos del piquillo con anchoas y la merluza a la cazuela. Por último pedimos 2 pijamas (combinados de postres) que lucían genial y sabían mejor. Si hubiéramos pedido de forma individual, claramente habría escogido las nueces caramelizadas con nata. El tamaño de los platos para el precio es adecuado. Por si fuera poco el trato fue bueno y el servicio ordenado. Felicitaciones a la que diría que era la jefa de sala que nos atendió.

Un lugar emblematico y espectacular. El servicio y la atencion al cliente de 10. Hemos ido a almorzar y pese a no ofrecer ese servicio nos han freido unos huevos con chorizo increibles y el gerente nos ha mostrado las instalaciones personalmente mientras lo preparaban. Inmejorable lugar, trato y almuerzo. Repito en breve!

Se aconseja reservar. Bonito mesón con encanto, dispone de zona para aparcar en el exterior, bonitas zonas ajardinadas, terraza y varias bodegas convertidas en salones. El entorno tiene una bonita decoración rústica con encanto. Tienes una amplia carta de entrantes, carnes y pescados. En mi caso pedimos lechazo (no podía faltar, 49€), croquetas y guarnición de patatas fritas, de postre una tarta de queso, todo para dos personas y salimos casi con empacho, todo bastante rico, aunque con matices. Lechazo muy rico, carne jugosa y se comía muy bien 1/4 viene perfecto para 2 personas, puedes elegir guarnición de ensalada o patatas fritas, en mi caso elegí las patatas fritas, la sorpresa viene cuando crees que vienen incluidas en el precio del lechazo y fueron 4€... , estaban muy ricas y cómo es de esperar no son de bolsa. Al final se pone en un buen pellizco, las croquetas tenían un sabor notable, aunque mucha bechamel para ni gusto, para terminar, tarta de queso (6€), no es de las mejores que he probado, es casera, tenía un regusto a flan de huevo, cómo el que puedes hacer en casa, en la parte superior tenía una capa de gelatina con arándanos, que no le iba mucho. *Otro punto a tener en cuenta y que cada uno se lo tome cómo mejor quiera, es el pan, te ponen la misma cesta de pan para 2, que para 6, con la particularidad de que te cobran 1,60€ por persona, a mi fueron 3,20€ , éramos 2, si fuesen cinco personas, pues x5 (la misma cesta que para dos). Todos entendemos los precios de ahora.... Pero bueno, el que puede permitirse pellizcar más €, lo hace. Para terminar, el trato estuvo a la altura, personal atento y cualificado, cambio de cubiertos entre entrante y primero, en un sitio a la altura y con comida a la altura.

Restaurante precioso, tipo castillo. El servicio de camareros es excelente, muy amables y atentos. Nos pedimos calamares rebozados que resultaron perfectos, los recomiendo. El lechazo en su punto y buena ración. Pero sí debo quejarme de algo, por eso no doy 5 estrellas. Nos preguntaron que con qué queríamos acompañar el lechazo: con patatas o con ensalada. Escogimos ensalada pensando que sería la guarnición que acompaña al plato pero luego nos la cobraron a parte, sin avisarnos que se cobraría y por una ensalada de lechuga, tomate y cebolla que no me hubiera pedido de saberlo. Por el resto todo perfecto.