Saona Viveros

No es la primera vez que comemos en grupo Saona. En esta oportunidad la comida como siempre muy buena, pero lo lento del servicio fue demasiado. Y me sorprende, porque la persona que nos recibió nos indicó que teníamos 1hr y 15 para comer o nos tendrían que levantar. Lo cual me pareció bien y suficiente ya que yo tampoco podría durar más. Para mi sorpresa, ni el postre me dio tiempo de comer, lo puse para llevar porque todo fue muy lento.

Hoy vengo a contar la historia de cómo dos personas salieron del hospital angustiadas y entraron aquí buscando un rincón donde descansar e intentar reponer fuerzas, y se encontraron con un equipo de personas con un calor humano muy bonito, que sin saber pero intuir, las trataron con cariño y las arroparon sin pretenderlo. En ese momento la comida no era la prioridad, así que sólo puedo decir que estaba buena. Muy buen café, muy reconfortante, me salvó el ánimo. Gracias equipo Saona Viveros, de corazón, no podía no decirlo.

Fuimos a comer sin reserva, nos sentamos en la terraza y pedimos menú del mediodía, 12€ por persona. De entrantes unas tortitas de tataki de atún que son mi debilidad, siempre las pedimos y nunca defraudan! De principal una merluza y un falso risotto, y de postre el maravilloso banofee ñam! A destacar también la atención de Cesar, súper amable y atento, camareros así dan gusto! Volveremos sin dudarlo

Nunca había comido en un Saona y la experiencia ha sido excelente. El local es muy acogedor, la decoración preciosa. El ambiente tranquilo y la atención muy buena. En especial el servicio Cesar, que se encargó de que no nos faltara de nada. Comida muy buena calidad precio. Muy recomendable, salimos muy contentos.