Oragù - Lasagna Bar

Un trato muy amable y una comida deliciosa, tuvimos que cenar en la terraza lo cual no fue un impedimento para disfrutar de una muy buena lasaña 4 quesos y una lasaña vegetal. Una relación calidad-precio muy aconsejable y un lugar muy apropiado para comer y cenar. La lasaña 4 quesos estaba deliciosa, aunque puedas pensar que va a ser pesada al final es un plato agradable y ligero con un sabor intenso. Volvería seguro!

Buscábamos un restaurante para llevar a nuestra hija de seis años que le encanta la lasaña y pensamos en probar con ella (suele ser difícil salir a cenar). La atención desde el principio fue muy buena, ya que el cocinero le ofreció poder dibujar en la pared de pizarra que tiene por lo que estuvo un rato entretenida. Pedimos una ensalada, 3 lasañas (una para cada uno) y fingers de pollo. La verdad es que la siguiente vez no pediremos los fingers pero porque estábamos ya llenos cuando llegaron (aunque nos los comimos todos porque estaban muy buenos). Las raciones están bastante bien, las lasañas (Antonietta, Elisa y Marina) están buenísimas y el precio es razonable. Con 3 botellas de agua pequeña, al final fueron unos 36 € en total. Las lasañas están entre los 7-8 € dependiendo del tipo. Aunque nos pilla un poco lejos de casa, seguro que volvemos porque mi hija acabo encantada y nosotros también.

Estábamos preocupados porque éramos 4 y no habíamos reservado, cuando fuimos ni había nadie así que nos sentamos. Al rato se llenó el local. La comida estaba muy buena, todas las lasagnas tienen buena pinta, además tienes posibilidad de pedir un dúo de lasagnas. Probamos también los arancini y estaban riquísimos.

Es la única lasañería de València, simplemente por eso ya es única. La variedad de lasañas que ofrecen es amplia (con opciones vegetarianas y veganas). Se nota que los propietarios son italianos porque el producto y el plato está cuidado, la pasta está bien cocida y las recetas son originales. Los entrantes, también típicos italianos, incluyen unos curiosos chips de pasta de lasaña con salsa de pesto, al estilo de los nachos, pero más crujientes. Por supuesto hay tiramisù de postre, pero los "canelones" hojaldres crujientes rellenos de requesón dulce son muy recomendables también. En fin, un restaurante para volver, con platos muy buenos y una atención al mismo nivel (rápidos, atentos y simpáticos).