El Racó De La Paella

Buen restaurante para paellas y arroces. El arroz negro estaba muy bueno. Pedimos una ensalada Valenciana de entrante y era muy variada y con producto de calidad. Lo que no me gustó es que el postre (torrija de orchata y helado de leche merengada) era muy diminuto para su precio. Y que nos cobraron el pan sin pedirlo (y yo ni comí) casi 2.5euros. En resumen: comida muy buena pero precios algo elevados.

Este restaurante ubicado en el encantador barrio (pueblo viejo de Campanar) tiene un encanto especial, recordando las casas antiguas valencianas. La decoración, aunque de estilo antiguo, añade un toque distintivo al ambiente. Sería beneficioso considerar alguna insonorización, ya que el ruido puede ser un poco molesto en momentos concurridos. Sin embargo, la comida es el verdadero punto fuerte del lugar. Los postres, como la torrija y el milhojas, son absolutamente deliciosos. Pero lo más destacado son las paellas, que realmente te transportan al corazón de la cocina valenciana. Los camareros muy atentos y muy bien vino. En resumen, si buscas experimentar una auténtica paella valenciana y disfrutar de encanto tradicional, este restaurante es una visita obligada

Si te gusta la paella valenciana, la auténtica la de pollo y conejo con caracoles de toda la vida, es un sitio que tienes que conocer. Nosotros estuvimos en los días entre Navidad año Nuevo y claro como era de esperar el local a tope, por lo que el servicio estaba saturado aún así se nos atendió correctamente y bien que es de agradecer, el ambiente muy bueno, grupos de amigos de familiares que celebrarían sus acontecimientos y sus reencuentros en Navidad. El local tiene ese sabor que me recuerdan las antiguas casas valencianas de la huerta. Lástima que no hagan un esfuerzo en la insonorización. Por lo demás, la comida fenomenal Tomamos unas habitas con sepia, excelentes. La paella muy buena pero aquí ya sabemos que con el punto de arroz es muy complicado satisfacer a todos los comensales y éramos seis y cada uno con un gusto pero el arroz estaba suelto al punto, un tanto entero pero con su socarrat para mí perfecto.