Braseria Taula Rodona

Local en la parte alta de la ciudad, local de siempre sin mucha decoración. Lo principal la carne y la brasa. Tiene menus de distintas carnes y cortes con variedad de precio, y carta. Probamos el entrecotte, la entraña y el chuletón de rubia gallega (70€/kgr min.); todo espectacular, con el punto que demandas y lo mejor, el servicio, atento y simpático. No olvidar los postres. Lugar para disfrutar de la carbe o darte un homenaje.

Sin fallo, buena carne, buenos entrantes u buenos acompañamientos. Sin tonterías, comer comer. Además estaba lleno y las chicas no nos dejaron irnos, nos hicieron hueco y nos atendieron perfectamente. Si hay q poner alguna pega, son las mesas… unos manteles y unos buenos cuchillos d carne, mejorarían el tema. Por lo demás, ok.

Taula Rodona es un encantador restaurante ubicado en el casco antiguo de Tarragona. Su especialidad es la carne madurada a la brasa, pero también tuvimos la oportunidad de probar su delicioso pulpo a la brasa, que resultó exquisito. Sin embargo, lo que más nos sorprendió fue la excepcional calidad de la pluma ibérica, un plato que nos dejó gratamente satisfechos. Además de la excelente comida, quisiéramos destacar el trato recibido por parte del personal, el cual fue impecable y contribuyó a que nuestra experiencia fuera inmejorable. En resumen, recomendaríamos sin duda alguna este restaurante a quienes buscan una experiencia gastronómica de calidad. La combinación de su exquisita comida, especialmente la carne a la brasa, con el trato personal brindado, hacen de Taula Rodona una elección perfecta para disfrutar de una agradable velada. Sin duda, volveremos en nuestra próxima visita a Tarragona.

Cada vez me gusta más recorrer los callejones amurallados de Tarragona entre semana y preferentemente cuando la noche arrecia. Lo encuentro especialmente nostálgico. Sales, entras, subes o bajas, pero esa humedad que se te mete por el cuello mientras descubres rincones empedrados es una sensación única. En esas estábamos cuando tocaba ir a cenar, que no solo de paseos bohemios vive el hombre. Previa reserva, nos instalaron rápida y cómodamente. Era temprano, pero para ser un miércoles advertimos cierto movimiento. Buena señal. La carta, de entrada, presenta una apreciable variedad. Entrantes para todos los gustos: embutidos, presencia de mariscos, guiños a la hortaliza y pescados. Justa (pero contundente) oferta de pescados, loas a las carnes con una mayor desarrollada variedad y remate en la categoría de los pesos pesados del chuletón. Cecina, caracoles, una anchoa para matar el reconcome, también conocido como gusanillo y el chuletón al peso (ternera gallega) de 40 días de maduración. La anchoa me gustó, aunque hay cosas a las que no me acostumbro y sigo sin entender. Ese pan actual (molde o similar) con toque a mantequilla para con la anchoa no lo veo. Y no sabe mal ni lo digo por este restaurante especialmente, pero se ha hecho viral. Una anchoa como mandó el creador se basta (y se sobra) con un trozo de pa de vidre (o cristal para los puristas), raspón de tomate y un "rajolí" de aceite de oliva virgen extra hará que la sujeta vuelva al mar resucitada. La cecina riquísima, más cerca de la familia de los "jamónides" por esa carne menos curada y que dejó una textura en boca mucho más agradable. Los caracoles dignos de misa cantada en la cercana catedral tarraconense, pero en domingo y a mediodía, salmos, lecturas de los santos evangelios y loas al señor incluidos. Mención aparte para el chuletón. Preparan la carne muy bien. No soy yo de entendidos respecto a este manjar tan carnívoro. Algunos dirán que soy de los que "no sabe comer chuletón", pero si en este país Belén Esteban escribe libros me siento más que capacitado para pedirme esta delicatessen y probar estos bocados. El señor me dio otras actitudes para lo aviar y porcino. Te aportan una pequeña plancha para que te lo acabes repasando a tu gusto. No obstante, un disperso entendido vacuno como servidor lo encontró realmente rico y la carne muy buena. No me sean cafres y se les vaya a ocurrir cenar con agua, refrescos u otras moliendas que el diablo dispuso para confundirnos. Esto se riega con un vinito, como el señor nos dio a entender. En carta encontrarán alguno que otro muy acertado y de decoroso paladar acorde con la carta. Les dejo bendecidos, lugar para volver y darse un homenaje.

Muy recomendable si quieres comer buena carne. Tienen diferentes tipos de carne de vaca madurada de diferentes zonas y diferentes precios. Buena calidad. Precio elevado, pero es lo que vale la carne madurada. Muy bien cocinada. Tambien muy buenos el resto de platos entrantes. Buen servicio, camareros atentos y el local esta bien arreglado.