Un diez de diez. Comida mediterránea sorprendentemente buena, bien cocinada, sabrosa y para nada pesada. Muy recomendables las croquetas de espinacas y la sobrasada. Comimos dos platos más, el pisto tradicional y pollo con salsa de nata, verduras y arroz. Los platos son enormes. El vermut buenísimo y el trato perfecto. El sitio es precioso y muy agradable y silencioso. Tienen un gatito merodeando, pero muy lindo y amable. Un acierto en toda regla❤️
Muy buena opción para comer platos típicos mallorquines. El tumbet de bacalao espectacular y las berenjenas rellenas también. Tienen un patio interior con plantas muy bonito. La única pega es que no tienen carta de postres típicos, solo helados.
Félix Barbadillo Lachica
+4
Lugar bonito un oasis de tranquilidad. La comida bastante buena y calidad precio aceptable.
Muy amables aunque es para ir con calma ya que se toman su tiempo.
En la puerta avisan que solo cobran efectivo pero es fácil no verlo.
Paramos a tomar un aperitivo, un sitio precioso y una atención de 10. Volvería a probar el resto de la carta porque todo tenía una pinta estupenda.
Muy recomendado!
Totalmente recomendables las berenjenas rellenas y el pisto mallorquín. El vino rosado excelente. Los postres tenían una pinta exquisita sobre todo el helado de turrón. Las mujeres que lo llevan muy profesionales y agradables. El local y el patio preciosos. Buena calidad a buen precio.
Un oasis de belleza incalculable, los espacios son una maravilla, sobretodo el jardín exterior, frondoso y muy agradable. La cocina magnífica y la atención estupenda, las chicas que nos atendieron son majísimas.
Tienen decoración asociada al mundo del gato y se encuentra en la Carrer Lluna.
Esto no estaba planeado
+5
Esto ESTABA planeado. Bar restaurante tradicional que ha llamado nuestra atención por su terraza-jardín interior y su gran variedad de cervezas artesanas e internacionales.
Volveremos para degustar la comida.
Mari Carmen Sanchez Aguilera
+5
Casa mallorquina de piedra, en calle peatonal muy turística, los techos son de bóveda y vigas vistas. Dos comedores pequeños más una terraza empedrada y jardines. Buena carta de comida casera. Y también tienen menú casero a muy buen precio. Los camareros muy agradables, aunque quizá algo lento el servicio. En el baño de señora tienen cambiador para bebés.
Todo lo que probamos estaba exquisito (especialmente el tumbet). El sitio es muy acogedor y tranquilo, una maravilla comer en el patio interior.
♿ Accesible
Comimos muy bien en la terraza trasera.
Buenas relacion calidad precio
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