Un hotel tranquilo, acogedor y con encanto. Si es cierto que está un pelín lejos de la catedral, 1'6 km. Pero merece la pena. Los empleados son muy agradables y serviciales. Las habitaciones están limpias y son grandes y acogedoras.
Está alrededor lleno de bares y restaurantes, para desayunar, comer, cenar y tomar unos tragos por la noche.
Recomiendo el bar Picola para desayunar y las columnas para comer y cenar. Los tragos en cualquier sitio de la plaza.
Todo muy correcto, el personal muy amable y la situación también correcta, ya que se puede ir a todo andando, si bien no tan tranquila. Está en una zona que por las tardes / noches está llenísima de gente joven!! Aunque desde la habitación no nos molestó el ruido en absoluto.
Estuve hospedada un fin de semana y su buena ubicación me permitió conocer los sitios más emblemáticos de Sevilla, el hotel es precioso, esta muy limpio y el personal es muy atento.
Teníamos incluido el desayuno tipo buffet y nos encanto, gran variedad de dulces , salados, frutas, yogures... Los cafés y demás te los preparan al momento y a tu gusto, la chica es muy atenta y amable.
Un hotel muy recomendable.
Estuvimos en un apartamento muy bien equipados, modernos y limpios. , con algùn dèficit de mantenimiento. Hubo un problema de fuga de agua del vecino de arriba, muy bien solucionado por la dirección, cambiándonos de apartamento y compensando por el problema , a pesar de no ser ellos los causantes.
Un hotel precioso. Por desgracia solo pasamos ahí la noche y no pudimos disfrutar mucho por que llegamos de noche y muy cansados. Pero la habitación impecable tanto de limpieza como de elegancia. El baño muy limpio. Las camas amplias, limpias y comodísimas. Cuando llegamos estaba el aire puesto y la habitación muy fresquita que con la que está callendo es de agradecer. La recepcionista un encanto. Un 10.
Pedro Alonso Lopez Ramos
+5
Excelente sitio donde alojarse en Sevilla. Limpieza, atención del personal y bien situado. Cuando vuelvo a esta preciosa ciudad, si hay sitio, vuelvo.
Las personas que trabajan allí son muy amables y educadas. Es como un vergel en pleno centro de Sevilla. Las habitaciones son luminosas y confortables. Soy de Santander y volveré a la Alameda ahora que aumentó la familia. Gracias.
De lo mejorcito; atención cordial y encantadora, un olor rico nada más entrar, habitaciones limpias y elegantes. El desayuno ni te cuento.., volveré más que seguro. Y a esto sumar que esta en la alameda. Más no se puede pedir.
Me ha encantado el hotel, nos han atendido con una amabilidad extraordinaria y sobre todo la señorita que está en el comedor, muy atenta y muy simpática.
Un hotel impresionante, barato y perfectamente ubicado. A mencionar las impresionantes vistas de la terraza y a Joaquín el camarero que personas tan simpáticas faltan.
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