Esta iglesia tiene una larga historia y es que se trata del único templo de la capital hispalense que conserva restos de las tres religiones que se sucedieron, y durante un tiempo convivieron, en la ciudad: el judaísmo, el islam y el cristianismo. Construida como mezquita, por privilegio del rey Alfonso X, el Sabio el edificio se convirtió en una sinagoga en 1252. Debemos recordar que la zona en la que se halla Santa María la Blanca fue la judería de Sevilla hasta que los Reyes Católicos expulsaron a esta comunidad del país. No será hasta el año 1391 que el templo fue consagrado como iglesia cristiana
Sin duda, la más bonita de todas las iglesias de Sevilla. Construida sobre una antigua sinagoga, tiene una yeseria que la hace única. Te quedas embobado admirando tal obra de arte, además de esos lugares que desprenden buena vibración y la notas, sales de la iglesia con una bonita sonrisa. Merece la pena desviarte un poco del centro histórico, pasear por el barrio de Santa Cruz y acercarte a verla
Jorge Rodríguez-Valdés
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Soy de Sevilla y nunca había estado en esta Iglesia. Es preciosa. El techo es una maravilla y tiene frescos maravillosos. Toda la decoración en general tiene una belleza única. De las más espectaculares de la ciudad. Visita obligada.
Una iglesia diferente al resto. En un principio fue edificio visigodo, que tras la conquista musulmana fue transformado en mezquita. Cuando 1248, Fernando III el Santo, Reconquista la ciudad, entrega todas las mezquitas a la archidiosesis de Sevilla, salvo 3, entre las que se encuentra esta, que las deja como Sinagogas. Tras la revuelta anti judía, fue transformada en iglesia. Hay que visitarla.
La Iglesia Santa María la Blanca tiene uno de los techos más bellos que ya he visto en iglesias, merece la pena visitar. No hay que pagar entrada y es una de las pocas iglesias que cierran más tarde por el centro histórico de Sevilla. Una fachada sencilla que esconde un tesoro en su interior.
Entré cuando se estaba oficiando una misa, me quedé al fondo admirando el interior. Como en todas (o casi todas) las iglesias de Sevilla, la decoración y el arte en ella es espectacular. Destaco el techo, con fondo amarillo dorado en el que resaltaban formas y figuras de algún material claro. Parecía yeso, no sé qué es exactamente. Me encantó.
Retablo y techos vistosos tirando a cargaditos (cuestión de gustos y preferencias), que quedan en segundo plano una vez centrados en el disfrute de pinturas originales de Murillo en excelente grado de conservación.
Victor Manuel Gonzalez Rodriguez
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No entra en el recorrido habitual del turismo en Sevilla
Pero no debes perderte este lugar tan peculiar con pinturas de Murillo. La Iglesia de Santa María la Blanca se encuentra en el barrio de San Bartolomé del distrito Casco Antiguo de Sevilla (Andalucía, España). Fue construida en el siglo xvii. Es sede de la Hermandad del Rosario de Nuestra Señora de las Nieves.[2]
La iglesia fue decorada en 1657 por los hermanos Pedro y Miguel de Borja.[1] El templo presenta planta rectangular, con una prolongación de la cabecera y dos cuerpos, también rectangulares, adosados en el muro de la Epístola. En el interior presenta tres naves divididas en seis tramos mediante 10 columnas toscanas de mármol rojo. Sobre ellas voltean arcos formeros de medio punto que sustentan bóvedas de cañón con falsos lunetos en la nave central y bóvedas de aristas en las laterales. Sobre los dos últimos tramos de la nave central, ante el presbiterio, se levanta una cúpula sobre pechinas, iluminada por dos óculos laterales. El espacio del presbiterio se cubre mediante una bóveda de cañón con lunetos.
Toda la superficie de las bóvedas, cúpula e intradós de los arcos se hallan repletas de una profusa y volumétrica decoración de yeserías con motivos geométricos, vegetales y figurativos, que, junto con las pinturas murales, que siguen la secuencia de las yeserías, dan movimiento a una planta ortogonal y sin dinamismo.
A los pies de la nave de la Epístola se sitúa la capilla bautismal, donde se encuentra la escalera que conduce a la torre y al coro. A su lado se abre la capilla sacramental, de planta rectangular y, siguiendo por la misma nave, la sacristía.
La capilla sacramental está presidida por un retablo de 1722.[17] Lo ocupa un calvario de composición heterogénea con imágenes que pertenecieron a la inactiva Cofradía del Lavatorio. El Cristo del Mandato fue realizado por Diego García de Santa Ana en pasta de madera en 1559.[18] La Virgen del Pópulo es una dolorosa de vestir que lleva en este templo desde 1610. Fue restaurada en el 2021.[19] Tiene corona de plata cincelada por Blas Amat en el siglo xviii.[20] El San Juan ha sido vinculado tras su restauración de 2017 con la obra de Cristóbal Ramos.[21]
Contó con varios cuadros de Murillo, del cual solo se conserva en la iglesia La Cena, realizado en 1650.[1] Bajo la media naranja del antepresbiterio estaban El sueño del patricio y El patricio Juan y su esposa ante el papa Liberio, dos lienzos que narran el origen de la devoción a la Virgen de las Nieves. Fueron expoliados por el mariscal Soult durante la invasión francesa y, devueltos a España, acabaron en el Museo del Prado. En los testeros de las naves laterales estaban una Inmaculada, actualmente en el Louvre, y El triunfo de la fe, en la colección Faringdon.[22]
Una de las iglesias más bonitas de Sevilla.
Inicialmente fue templo visigodo, posteriormente mezquita, más tarde, sinagoga y al final iglesia cristiana.
Las yeserías de los techos y capillas son espectaculares.
Lo único malo es el horario de visita; restringido y difícil de ajustar si quieres ver otros monumentos sevillanos.
Idoia Sáez de Argandoña
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Me ha encantado tenía referencia pero ha superado mis expectativas, merece la pena dedicarle una visita
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