Restaurante Patio Banderas

Una vergüenza para la hostelería. Pregunté si me podía tomar una cerveza con mi madre de 80 años y me dijeron que en 15 minutos teníamos que desalojar porque estaba reservada. Era mentira, solo quieren a gente para comer. Le dije que era solo para un refresco y nos iríamos rápido. Una estafa. No vuelvo a ir y no lo recomendaría a nadie. No te dejan pagar con tarjeta si es menos de 10€.

Nos sentamos allí por la cercanía del Alcázar, pero para no volver. El camarero malas formas, antipático.. Tapas escasas para el precio que tienen, aunque de sabor estaban aceptables. Un único baño, para hombres y mujeres, aspecto sucio y dejado. Lo que se salva es la ubicación, por lo demás.. Mucho a mejorar..

Un auténtico timo en toda regla, lástima no haber leído antes estas reseñas. Por una ensaladilla congelada (la peor que he comido en muchos años), unos chipirones y una ensalada con un atún desmigado del más barato, me han cobrado 52 €. El camarero, el más mayor, desagradable desde en primer momento, antipático y maleducado. Se vale de que todo el mundo va de paso, no creo que nadie repita.

Trato agresivo a los clientes. No puedo dejar de escribir algo que me AVERGÜENZA como Sevillana. ¡Vaya ejemplo para nuestra Ciudad!... Me encontraba sentada el bar de al lado cuando presencié una escena que espero JAMÁS se vuelva a repetir. Un turista de unos ochenta años, recientemente operado del Corazón, se sentó en una silla en la terraza de este establecimiento. Apenas podía caminar. El encargado (no sé si era el dueño)no sólo le echó por no consumir, sino que le forzó a hacerlo empujándole con una silla. Es una lástima que tratemos de esta manera a nuestros mayores, a nuestros turistas, a una de nuestras fuentes de ingresos. Tras ofrecerle al matrimonio francés llamar a la Policía, ellos se negaron por no amargarse los pocos días de vacaciones que decidieron pasar en Nuestra Ciudad.

Camarero con pinta de jefe amargado y antipático, ha perdido directamente dos clientes. Nos sentamos con la intención de tomar unos refrescos a las 17h de la tarde pero nos mira con mala cara porque no queremos comer. Nos mete prisa y mi madre pide una botella de agua, dice: ¿Una botella de agua? Y se ríe. Actitud patética, pero ya se ve en los comentarios así que me alegro de que el bar vaya mal. En fin, no vayáis! 😍 Obviamente no hemos tomado nada y he puesto la reseña directamente, como para tomar algo en este sitio cutre. También le pregunto el nombre a una camarera y me dice: no tiene nombre. Ni nombre ni maneras.

Vergonzoso que un establecimiento de ínfima calidad y pésimas maneras ocupe una plaza tan emblemática. Primero el camarero te pregunta de malas formas si vas a pedir comida. Si no, que te vayas. Las bebidas caras y simplemente te plantan una lata y un vaso y que te apañes. La comida totalmente impresentable. EVITAR!!!

El típico bar del centro de Sevilla para engañar a turistas. Lo único bueno que tiene es el sitio. La cerveza es cara y está caliente. Después de esperar por tres tapas más de 20 minutos y reclamarlas dos veces, nos traen las tortillitas de bacalao (dos unidades pequeñas a 5,95 euros) congeladas por dentro. El desastre lo crea el señor que centraliza todas las comandas del bar y que no delega en nadie para pedir a la cocina. Saca los platos de cocina conforme las mesas van protestando por el tiempo de espera... Lamentable. DON'T EAT HERE - NO COMÁIS AQUÍ Comentario de un sevillano que ha comido bien en muchos sitios turísticos de Sevilla y no lo han tratado como a un guiri.