Onrador Del Convento De San Leandro

Es un lugar genial. Un auténtico tesoro de arte e historia que ha abierto sus puertas en unas visitas guiadas por guías oficiales, aunque hay personas que se hacen pasar por guías que luego se cuelan y forman espectáculos desagradables dentro, como una chica llamada Rocío. En la visita se nos trató muy bien, y se pudo entrar en partes ocultas que nunca se habían abierto. Nos guió un historiador llamado Salvador que conoce muy bien el arte y la historia del monasterio. El precio es razonable para lo que se ve, y siempre es el mismo. Los dulces que venden para subsistir las monjas son tradicionales de sevilla y están muy ricos, como las yemas y las magdalenas. Yo lo recomiendo encarecidamente, porque así se ayuda a la vida de clausura de las monjas y a valorar el patrimonio de la ciudad. También están preparando una hospedería monástica con un alto nivel en las partes antiguas del convento, que seguro será toda una experiencia el poder alojarse allí, en pleno centro.

Los dulces son realmente excelentes, realizados con una receta de hace cinco siglos. El precio va acorde con el coste que conlleva realizar todo a mano y con productos de primerísima calidad. Pese a que el producto estrella son las yemas, mis preferidos son los pestiños, con miel pura de Castilblanco, un festival para los sentidos.

Soy extranjero, recomiendo mucho ir a este convento los fines de semana, tiene buenos cuadros buenos dulces y recomendable para toda la familia, la gente que nos atendieron fueron maravillosos además no hay que esperar tanto para entrar además de la maravillosa localización mi reseña es 10/10, recomendable para turistas y gente de todas las edades.